El Banco Central de la República Argentina (BCRA) registró este viernes una de las jornadas de mayor acumulación de divisas del año, con un aumento provisorio de sus Reservas Internacionales que se acercó a los USD 1.900 millones. Este salto atípico se atribuye, según el consenso del mercado, a una contundente e inesperada operación de compra de dólares por parte del Tesoro Nacional en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), una acción que reconfigura momentáneamente la hoja de ruta cambiaria del Gobierno.
Analistas económicos apuntan que la masiva adquisición de divisas por parte de la cartera de Hacienda, que algunas consultoras privadas estiman en torno a los USD 1.350 millones, tiene como principal objetivo fortalecer el balance del BCRA y reponer los fondos que la autoridad monetaria tuvo que utilizar la semana previa para defender el techo de la banda cambiaria. Esta intervención se produce en un momento de fuerte ingreso de liquidaciones del sector agroexportador, impulsadas por medidas de estímulo temporales implementadas por el Ministerio de Economía.
La mecánica de la operación es clave: el Tesoro utiliza pesos de sus excedentes para comprar dólares directamente en el mercado oficial, aumentando así sus depósitos en moneda extranjera en el BCRA y, consecuentemente, las Reservas Brutas. Este movimiento se da en el marco de una política oficial que busca desesperadamente robustecer las arcas de la entidad monetaria, cuyas reservas netas se mantienen en niveles críticos a pesar de la reciente mejora en el plano bruto.
La reacción del mercado financiero a esta inyección de liquidez fue mixta. Si bien la recomposición de reservas es una señal de fortaleza macroeconómica para el corto plazo, especialmente ante los organismos multilaterales de crédito, las acciones argentinas y los bonos soberanos continuaron con su tendencia a la baja en Wall Street. Esto sugiere que los inversores mantienen cautela y siguen evaluando los riesgos implícitos, particularmente el panorama electoral y su impacto potencial en la sostenibilidad del programa económico a mediano plazo.
Expertos de la consultora FMyA y 1816, quienes anticiparon la posibilidad de esta intervención, subrayaron que las compras del Tesoro permitieron que los depósitos en dólares del Gobierno en el BCRA se eleven significativamente, actuando como un ‘salvavidas’ temporal. No obstante, advierten que la estrategia debe complementarse con políticas de fondo que garanticen un superávit comercial sostenido y una gestión fiscal equilibrada, evitando depender de operaciones puntuales para la acumulación de activos.
El desafío para el equipo económico ahora radica en sostener este envión comprador sin generar volatilidad en el tipo de cambio, a pocos días de las elecciones legislativas. La tensión entre la necesidad de acumular reservas y el riesgo de una apreciación real del peso, que podría erosionar la competitividad de las exportaciones, mantendrá al mercado en vilo y exigirá una fina calibración de las políticas monetarias y cambiarias por parte del Banco Central en las próximas semanas.