Más allá de que el de anoche era un encuentro trascendental para un River que llegaba golpeado por la eliminación en la Copa Libertadores, para Marcos Acuña lo era aún más: enfrentaba a Racing, equipo cuyos hinchas quedaron muy enojados por su decisión de vestir la camiseta del Millonario y no regresar a mediados del año pasado. Una vez consumada la clasificación del conjunto de Marcelo Gallardo, el Huevo, como en cada partido importante que jugó su equipo en los últimos meses, fue protagonista de una trifulca. Una costumbre peligrosa para un futbolista que, por su experiencia, debería ser una voz de mando dentro del vestuario y evitar este tipo de exabruptos.