La capital del Chaco, Resistencia, amaneció este sábado bajo un cielo completamente nublado, marcando el inicio de un fin de semana dominado por la inestabilidad atmosférica. El pronóstico meteorológico emitido por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y estaciones locales proyecta la llegada inminente de precipitaciones, un factor que, más allá de la jornada sabatina, mantiene en alerta a las autoridades y a los sectores productivos de todo el Sudoeste de la región del Nordeste Argentino (NEA).
La nubosidad persistente es un indicio claro del avance de un frente de tormenta que se desplaza desde el oeste, trayendo consigo un aumento gradual de la humedad y la posibilidad de chaparrones intermitentes a lo largo del día. Aunque la intensidad de las lluvias no alcanzaría niveles de alerta extrema inicialmente en el área metropolitana, la atmósfera pesada y la falta de sol son la antesala de un deterioro climático más significativo.
Según los datos de las estaciones meteorológicas, la estabilidad de las últimas horas se ha roto debido a la confluencia de masas de aire caliente y húmedo con la llegada de aire más frío en altura. Esta dinámica es la responsable de la baja presión que genera la densa capa de nubes, precursora de las lluvias que impactarán no solo a la provincia del Chaco, sino también a zonas aledañas de Corrientes y el norte de Santa Fe.
La implicancia de este pronóstico excede lo puramente urbano. El sector agropecuario de la región, que en ciertas áreas aún maneja stocks hídricos adecuados, monitorea de cerca la distribución y el volumen de las precipitaciones. Lluvias moderadas son bienvenidas para cultivos de estación, pero la prolongación de la inestabilidad podría generar anegamientos temporales o dificultar la logística de cosecha en zonas rurales.
Expertos en hidrología de la región señalan que, si bien el caudal de los ríos Paraná y Paraguay se mantiene dentro de rangos controlados, la sucesión de días nublados con lluvias persistentes exige precaución. Las precipitaciones intensas en las cuencas altas y medias suelen tener un impacto diferido en la planicie del Chaco, por lo que la vigilancia de los sistemas de drenaje urbano y rural es fundamental para mitigar eventuales riesgos.
En resumen, la jornada de cielo nublado en Resistencia es más que una condición pasajera; es la confirmación de un patrón climático que dominará el fin de semana, poniendo a prueba la infraestructura hídrica de la capital chaqueña y obligando a los habitantes y productores del NEA a ajustar sus actividades a un sábado marcado por la necesidad de paraguas y la cautela frente a un cielo inestable.