Con el mercado de pases a punto de bajar el telón, Boca Juniors se encuentra en una situación particular con cuatro futbolistas de su plantel profesional que, pese a no ser tenidos en cuenta por el cuerpo técnico, continúan ligados a la institución. Esta situación genera un desafío tanto deportivo como económico para el club de la Ribera, que busca optimizar su plantilla y su masa salarial.
Se trata de Vicente Taborda, Frank Fabra, Lucas Janson y Darío Benedetto, jugadores con presente dispar pero un denominador común: su continuidad en el club no se alinea con los planes del entrenador Diego Martínez. La expectativa era que sus salidas se concretaran antes del 24 de julio, fecha límite para la inscripción de refuerzos en la Liga Profesional, pero el tiempo se agota y las negociaciones no han prosperado.
Vicente Taborda, prometedor mediocampista que regresó de un préstamo en Platense, no logró consolidarse y parece estar nuevamente en la órbita de otros clubes. Frank Fabra, lateral colombiano de larga trayectoria en el Xeneize, ha visto mermada su participación, y su alto contrato lo convierte en una ficha difícil de mover. En el caso de Lucas Janson y Darío Benedetto, delanteros de experiencia, sus rendimientos recientes no han convencido, y sus salidas liberarían cupos y recursos importantes.
La permanencia de estos jugadores implica para Boca Juniors mantener salarios elevados sin la contrapartida de su utilización en el campo de juego. Este escenario obliga a la dirigencia a evaluar alternativas, desde posibles rescisiones de contrato de mutuo acuerdo —con su consecuente costo económico— hasta la continuidad de negociaciones de última hora con otros clubes interesados. Según fuentes cercanas al Consejo de Fútbol, se ha intentado buscar destinos para los cuatro, pero las ofertas no han satisfecho las expectativas de la institución o de los propios futbolistas.
La situación no es exclusiva de Boca. Muchos clubes en el fútbol argentino y mundial enfrentan desafíos similares al gestionar planteles amplios y contratos de jugadores que, por diversas razones, quedan relegados. La planificación deportiva y la gestión económica se entrelazan, y las decisiones tomadas en estas horas finales del mercado pueden tener un impacto significativo en las finanzas y el rendimiento deportivo del equipo en el próximo semestre.
De cara al futuro, la permanencia de estos futbolistas en el plantel podría generar un escenario complejo para el entrenador, quien deberá manejar la situación de jugadores que no forman parte de sus planes inmediatos. El desenlace de estas horas finales definirá no solo el destino de estos cuatro nombres, sino también la fisonomía final del plantel de Boca Juniors para la segunda mitad de la temporada, con implicancias directas en la conformación del banco de suplentes y la dinámica interna del vestuario.