Según su análisis, la liberalización cambiaria en Argentina aún está incompleta, ya que si bien se habilitó el acceso al mercado oficial para personas humanas, el cepo continúa para las empresas, lo que limita la normalización total del esquema. Remarcó que la medida que permitió comprar divisas no se tradujo en un verdadero fin del control, dado que persisten restricciones que impiden una intermediación financiera fluida en dólares.
Cavallo subrayó además que el Banco Central no está interviniendo con compras de reservas pagadas en pesos, lo que restringe el proceso de remonetización de la economía. A su criterio, el Gobierno no debería tener temor a una liberalización completa del mercado cambiario ni a la eliminación de todo tipo de represión financiera. Sostuvo que el ancla fiscal puede funcionar como un reaseguro sólido para garantizar la estabilidad y evitar efectos disruptivos. Según su visión, una política fiscal estricta es el principal respaldo para remover las distorsiones sin generar desequilibrios.