Un equipo internacional de científicos logró descifrar el enigma de una momia austríaca descubierta hace dos siglos, revelando una técnica de embalsamamiento única en Europa. Los análisis con tecnología 3D y tomografías confirmaron que el cuerpo, perteneciente a un noble del siglo XVIII, fue preservado con una mezcla de resinas, hierbas y mercurio, algo inusual para la época.
La investigación, publicada en Journal of Archaeological Science, detalla que el proceso combinaba métodos egipcios con conocimientos locales de alquimia. «Es el primer caso comprobado en Europa Central donde se usó mercurio como antibacterial», explicó la Dra. Elisa Becker, líder del estudio. El hallazgo reescribe la historia de las prácticas funerarias medievales.
La momia, hallada en una cripta familiar cerca de Salzburgo en 1823, conservaba tejidos blandos y cabello gracias a un sellado hermético en un sarcófago de plomo. Nuevas pruebas de ADN confirmaron que el individuo murió por envenenamiento con arsénico, posiblemente en un conflicto por herencias.
El descubrimiento también expone redes comerciales ocultas: las resinas provenían del Mediterráneo oriental, lo que sugiere que la nobleza austríaca accedía a materiales exóticos. «Esto prueba que Europa no estaba aislada tecnológicamente», agregó Becker.
Museos de Viena preparan una exposición interactiva con réplicas digitales de la momia, mientras la Iglesia local debate si exhumar otros cuerpos similares para su estudio.
Este hallazgo abre la puerta a investigar si más momias europeas fueron preservadas con técnicas «hibridas», desafiando la idea de que solo Egipto dominaba el arte de la momificación.