La posibilidad de un acuerdo de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos, promovido por el presidente Javier Milei y su par estadounidense Donald Trump, podría tener un impacto significativo en el mercado automotor argentino. Uno de los principales cambios sería la eliminación de los aranceles de importación, que actualmente rondan el 35% para vehículos provenientes de fuera del Mercosur. Esta medida igualaría las condiciones con las importaciones desde Brasil y México, donde el intercambio ya está exento de aranceles debido a acuerdos comerciales existentes.
De concretarse, los precios de los autos estadounidenses podrían reducirse de forma considerable. Por ejemplo, un vehículo de alta gama que hoy cuesta $100.000 dólares en el mercado argentino podría bajar a aproximadamente $65.000, al eliminar el arancel. Esta rebaja podría hacer que modelos populares como el Ford F-150, el Jeep Grand Cherokee o el Tesla Model 3 sean más accesibles para los consumidores locales, aumentando la competencia en un mercado dominado por marcas regionales y europeas.
Sin embargo, la medida también generaría debates sobre su impacto en la industria automotriz local. La reducción de precios podría beneficiar a los consumidores, pero representaría un desafío para los fabricantes nacionales, que tendrían que competir directamente con vehículos importados a menor costo. Esto podría llevar a una disminución en la producción local y afectar el empleo en el sector, un punto que ya genera preocupación entre los sindicatos y cámaras industriales.
Además, el acuerdo podría incluir la homologación de normativas técnicas y ambientales entre ambos países, lo que simplificaría el ingreso de nuevos modelos al mercado argentino. Actualmente, las diferencias en los estándares de seguridad y emisiones complican y encarecen la importación de ciertos vehículos. Con reglas unificadas, los consumidores argentinos tendrían acceso más rápido a tecnologías innovadoras y modelos más modernos.
Desde el gobierno de Milei, se enfatiza que este pacto sería clave para fomentar la competencia y dar acceso a bienes de mayor calidad a precios más bajos. Por su parte, la administración de Trump ve el acuerdo como una oportunidad para reforzar los lazos comerciales y abrir nuevos mercados para la industria automotriz estadounidense. Ambas partes están en negociaciones preliminares, y se espera que se concreten avances en los próximos meses.
De todos modos, expertos advierten que la implementación de un acuerdo de este tipo requeriría una transición cuidadosa para evitar un impacto negativo en la economía local. Las políticas complementarias, como incentivos para la modernización de la industria automotriz nacional, podrían ser clave para equilibrar los beneficios del libre comercio con la necesidad de proteger a los sectores productivos del país.