Tras las intensas discusiones en las sesiones extraordinarias, donde el oficialismo logró ciertos avances, pero también sufrió algunos traspiés, el Gobierno de Javier Milei se alista para llevar adelante una serie de iniciativas que, aunque fundamentales para su gestión, aún no cuentan con el consenso necesario en el Congreso. Entre estos proyectos destaca el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se perfila como uno de los mayores retos en este tramo de la administración.
Con el acuerdo aún en la mesa de negociación, se espera que hoy el FMI emita un pronunciamiento oficial, que podría marcar un punto clave en el camino hacia su firma. La Casa Rosada está cerrando los últimos detalles de un pacto que se convertirá en uno de los pilares económicos del Gobierno, aunque desde el Ejecutivo han dejado claro que no revelarán los pormenores del mismo hasta que esté formalmente firmado. “No corresponde que demos todas las precisiones del acuerdo, que sigue siendo confidencial hasta que se firme. No tenemos que hacerlo y no lo vamos a hacer”, explicó un alto dirigente cercano al presidente.
A nivel legislativo, el oficialismo no solo apunta a este acuerdo con el FMI, sino que también tiene sobre la mesa una serie de reformas que pondrán a prueba la solidez de su apoyo político. Entre ellas, se destaca el endurecimiento de las leyes migratorias, una de las propuestas más polémicas y trabajadas en los últimos meses por el equipo de Milei, encabezado por el vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán. Este proyecto busca facilitar la deportación de extranjeros que cometan delitos y hacer más estrictos los requisitos para obtener la nacionalidad. Un cambio que ha generado debate tanto en la sociedad como en los pasillos del Congreso.
La reforma penal, con la baja en la edad de imputabilidad y un endurecimiento de las penas, es otra de las piezas clave del Gobierno, que también genera roces con algunos sectores. A esto se suma la revisión del Código Penal, que propone penas más severas y un enfoque más rígido hacia el delito. En este contexto, el presidente Milei ha sido claro en su discurso: “Durante demasiado tiempo, la política le dijo a los argentinos que no iba a castigar el delito, que los delincuentes eran víctimas de un sistema injusto. Lo único que lograron fue que, para muchos delincuentes, delinquir ya no tuviera costo”, afirmó durante su último discurso en el Congreso.
Sin embargo, el proyecto que podría cambiar el rumbo de la relación con el FMI será clave. El Gobierno busca que el Congreso apruebe un pedido para habilitar la firma del acuerdo sin entrar en los detalles de su contenido. A pesar de la falta de información específica, el oficialismo sigue adelante con sus negociaciones y se prepara para presentar sus propuestas a los bloques aliados.
En el frente legislativo, algunos sectores, como el PRO, siguen siendo cautelosos. La bancada que lidera Cristian Ritondo ha dejado en claro que no garantizarán los votos hasta conocer los detalles del acuerdo con el FMI y otros proyectos. “Queremos leer la norma, todos los artículos, cómo están argumentados, para después fijar una posición”, indicaron.
El camino para lograr el consenso necesario será largo y, en muchos casos, tortuoso. Las discusiones por los detalles de los proyectos clave, como el acuerdo con el FMI y las reformas migratorias y penales, no serán fáciles de resolver. El Gobierno tendrá que trabajar arduamente para reunir los votos en ambas Cámaras, enfrentando no solo la oposición, sino también las tensiones dentro de sus propios aliados. Todo parece indicar que este 2025 será un año de lucha legislativa para la administración de Milei, con desafíos que podrían marcar el destino de su gobierno.