La Cámara Federal de Casación Penal confirmó este miércoles la condena de seis años de prisión a la ex vicepresidenta y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de la causa conocida como «Vialidad». El fallo ratificó la condena por «administración fraudulenta agravada» y decretó la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Esta sentencia representa un hito en la historia judicial de Argentina, al alcanzar a una figura central de la política del país en las últimas décadas, y marca el final de uno de los procesos judiciales más relevantes de los últimos años.
La investigación de la causa Vialidad se centró en la presunta concesión irregular de contratos de obras públicas a empresas relacionadas con el empresario Lázaro Báez, un cercano aliado del kirchnerismo durante sus años en el poder. La fiscalía sostuvo que, durante los dos mandatos presidenciales de Fernández de Kirchner, se desviaron fondos públicos en licitaciones direccionadas hacia compañías de Báez, quienes habrían beneficiado al ex matrimonio presidencial. En consecuencia, la exmandataria fue acusada de liderar una estructura de corrupción en el ámbito de la obra pública de la provincia de Santa Cruz.
El proceso judicial comenzó en 2019 y se extendió hasta 2022, cuando el Tribunal Oral Federal 2 dictó la condena inicial. La defensa de Kirchner apeló el fallo, argumentando que las acusaciones formaban parte de una persecución política en su contra y denunciando irregularidades en el proceso. Sin embargo, la Cámara de Casación Penal, máxima instancia en la jurisdicción penal ordinaria del país, consideró que las pruebas aportadas y las irregularidades señaladas eran insuficientes para revocar la condena.
A pesar de la confirmación de la sentencia, la ejecución de la pena aún enfrenta ciertos obstáculos legales. Dado que Fernández de Kirchner tiene fueros parlamentarios como senadora hasta diciembre de este año, no podrá ser encarcelada hasta perder esa protección. Además, sus abogados ya han adelantado que recurrirán a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para intentar revertir la condena, argumentando violaciones al debido proceso y cuestionando la imparcialidad de los jueces intervinientes.
La decisión de Casación también plantea posibles efectos sobre el escenario político argentino, ya que la figura de Cristina Kirchner sigue siendo relevante en el espectro político, especialmente entre sectores del peronismo. Algunos analistas consideran que la condena podría revitalizar su papel como una figura de oposición fuerte en los próximos años, mientras que otros ven en la decisión judicial un obstáculo significativo para sus aspiraciones políticas a futuro.
Desde el fallo de Casación, diversas reacciones han surgido tanto en el ámbito político como en el judicial y el público en general. Líderes de la oposición han expresado su respaldo al fallo, mientras que sectores afines a Kirchner califican la condena como un nuevo intento de proscripción y “lawfare”, término que alude a la supuesta instrumentalización de la justicia para fines políticos. Esta resolución marca un capítulo crítico en la historia judicial de Argentina, con implicancias que se proyectarán en la política del país en el corto y largo plazo.