La coalición PRO enfrenta una de sus peores crisis internas tras la derogación de la ley «Ficha Limpia», que profundizó las diferencias entre los sectores de Patricia Bullrich y los macristas. Según fuentes parlamentarias, los legisladores oficialistas se acusan mutuamente de falta de estrategia y descoordinación, lo que ha debilitado su posición frente al oficialismo.
Según CuatroPoderes, los bullrichistas responsabilizan a los diputados afines a Macri de no haber defendido con suficiente firmeza la norma, mientras que los segundos critican la «improvisación» de la ministra de Seguridad. La tensión llegó a tal punto que varios bloques amenazaron con votar en forma dividida en futuras leyes clave.
La derogación de la ley, que impedía postularse a candidatos con condenas judiciales, fue impulsada por el oficialismo y aprobada con el apoyo de algunos disidentes del PRO. Analistas políticos señalan que este episodio agrava la fractura en Juntos por el Cambio, en un año clave por las elecciones legislativas.
Fuentes cercanas a Bullrich aseguran que no descarta una reestructuración en su espacio, mientras que los macristas insisten en «volver a los acuerdos básicos». La falta de consenso podría beneficiar al Gobierno, que busca capitalizar la división opositora.
En medio de la crisis, líderes radicales intentan mediar, pero hasta ahora sin éxito. El riesgo es que, si no logran recomponer la unidad, el PRO podría perder peso en el Congreso. Según CuatroPoderes, algunos diputados evalúan incluso conformar un interbloque independiente.