En un movimiento clave para la reconfiguración del panorama político bonaerense, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa mantuvieron una reunión de más de tres horas en La Plata, con el objetivo primordial de consolidar la unidad dentro de Unión por la Patria de cara a las elecciones del 7 de septiembre. Este encuentro, el primero que reúne a los tres referentes más influyentes del peronismo después de semanas de tensiones internas, marca un punto de inflexión en la estrategia partidaria, buscando alinear fuerzas y consensuar un camino común en el bastión electoral más grande del país. La confluencia de estas figuras centrales busca fortalecer al espacio y definir los próximos pasos en un escenario político altamente competitivo.
El cónclave produjo importantes acuerdos que delinearán la estructura electoral del oficialismo provincial. Se estableció que la responsabilidad de armar las listas recaerá de manera conjunta en Kicillof, Máximo Kirchner y Massa, asegurando representación para cada sector dentro de la coalición. Este consenso estratégico prevé la confección de un «paquete único» de listas que abarque candidaturas municipales, provinciales y a diputados nacionales, con fecha límite previa a los comicios provinciales.
Uno de los puntos centrales que emergió de la mesa de diálogo fue la ratificación de que la estrategia general de campaña será definida por el gobernador Axel Kicillof, quien tendrá la palabra final tras escuchar los aportes de las demás facciones. Asimismo, los líderes peronistas acordaron una línea discursiva unificada que incluye la defensa de la figura de Cristina Kirchner, la denuncia de su judicialización, una férrea oposición a las políticas del gobierno de Javier Milei y la reafirmación del apoyo y defensa a la gestión de la provincia de Buenos Aires.
A pesar de los avances significativos, la reunión también evidenció diferencias y temas pendientes que requerirán futuras negociaciones. La incógnita sobre quién ocupará el lugar de Cristina Kirchner en la influyente Tercera Sección Electoral fue abordada, aunque sin definir nombres concretos. Se pactó que la selección se basaría en el potencial de triunfo de los candidatos, priorizando la competitividad. En este punto, Máximo Kirchner, en su rol de presidente del PJ bonaerense, expresó su incomodidad ante la posibilidad de que esa vacante deba ser ocupada por alguien ajeno a su núcleo cercano.
Otro aspecto sin resolución definitiva fue la habilitación de las «colectoras» en la provincia de Buenos Aires, una modalidad que varios intendentes «independientes» del espacio ven con buenos ojos para potenciar sus candidaturas locales. Esta discusión revela las tensiones entre la necesidad de unidad y las aspiraciones territoriales. A ello se suma la existencia de un sector «rebelde» dentro del peronismo bonaerense, liderado por Fernando Gray y Julio Zamora, quienes evalúan la posibilidad de presentar candidaturas por fuera de la estructura oficialista, marcando una disidencia que podría complejizar el panorama electoral.
En la antesala de las cruciales elecciones de septiembre, la capacidad del peronismo bonaerense para resolver estas diferencias internas y presentar un frente unido será determinante. La cumbre de La Plata representa un paso hacia la cohesión, pero el camino hacia la consolidación plena del espacio frente a los desafíos electorales y las disidencias persistentes, así como la definición de los reemplazos clave, marcará la dirección de la fuerza política en los próximos meses y su proyección hacia el escenario nacional.