El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, fue denunciado por la clausura arbitraria de un centro de distribución de la empresa Mercado Libre, una obra valuada en 75 millones de dólares que prometía generar hasta 2.300 empleos en la región. La causa, actualmente en manos de la jueza federal María Romilda Servini, también incluye cargos de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público. Esta medida ha generado gran controversia, afectando tanto a los trabajadores que esperaban insertarse laboralmente en el proyecto como a la comunidad empresarial de la zona.
La clausura del centro de distribución ha suscitado críticas por su impacto en el desarrollo económico del municipio, uno de los más poblados del conurbano bonaerense. Con una tasa de desempleo superior al promedio nacional y múltiples desafíos en infraestructura y seguridad, La Matanza es una de las jurisdicciones que más se beneficiarían de inversiones de este tipo. La decisión de Espinoza de clausurar el establecimiento ha sido interpretada por distintos sectores como un obstáculo al crecimiento económico del distrito.
Los abogados de Mercado Libre señalaron que el centro de distribución cumplía con las normativas municipales y provinciales necesarias, alegando que la clausura fue arbitraria y carente de sustento legal. A su vez, argumentaron que la decisión de Espinoza podría haberse basado en intereses políticos y no en cuestiones técnicas. Desde la empresa consideran que el accionar del intendente no solo pone en riesgo la inversión privada, sino que además sienta un precedente negativo para futuras inversiones en el municipio y en la provincia de Buenos Aires.
La denuncia formal incluye también cargos de abuso de autoridad, que, según los abogados de Mercado Libre, se configuran a partir del uso indebido de facultades administrativas en perjuicio de la empresa. Según fuentes cercanas a la investigación, el intendente Espinoza podría haber actuado de manera deliberada para retrasar o frenar el proyecto sin fundamentos claros, afectando así la imagen de previsibilidad que necesitan los inversores en la región.
El centro de distribución en cuestión formaba parte de una estrategia de expansión de Mercado Libre en Argentina y en el exterior. Con una demanda en aumento para los servicios de e-commerce, la planta buscaba optimizar la logística de entregas en la zona metropolitana y mejorar la eficiencia en la distribución de productos. La compañía, que había destacado la importancia del proyecto en la región, espera ahora una resolución favorable para retomar las operaciones en el menor plazo posible.
Este caso también ha generado reacciones en el ámbito político. Líderes de la oposición cuestionaron la actuación del intendente y señalaron que medidas como estas atentan contra el crecimiento y la generación de empleo en un contexto económico delicado. «Es inconcebible que se actúe de esta manera contra proyectos que buscan dar trabajo y mejorar la economía local», señaló un dirigente de la oposición en el Congreso.
Fuentes cercanas al gobierno municipal afirmaron que la clausura responde a la necesidad de verificar cuestiones de infraestructura y seguridad en el edificio, alegando que la medida no es definitiva y que la empresa podría resolver los problemas y reabrir pronto. Sin embargo, voceros de la compañía sostienen que tales requerimientos son, en realidad, excusas para justificar una decisión unilateral sin base jurídica.
El caso se encuentra en sus etapas iniciales y será seguido de cerca tanto por el sector empresarial como por la opinión pública. La jueza Servini, conocida por su manejo riguroso en casos de impacto mediático, deberá determinar si la clausura fue efectivamente arbitraria y si hubo abuso de autoridad. La resolución de este conflicto marcará un precedente clave en la relación entre las autoridades locales y el sector privado en Argentina.