Argentina se enfrenta a una ola polar que ha sumido a varias de sus ciudades en temperaturas extremas, marcando registros históricos y generando repercusiones significativas en la vida cotidiana. Este lunes 30 de junio de 2025, a primera hora, el termómetro descendió drásticamente en múltiples localidades, revelando un mapa de frío intenso que concentra los valores más gélidos en la Patagonia y la región cordillerana. La magnitud de estas marcas térmicas no solo impone un reto logístico, sino que también obliga a la adopción de medidas excepcionales para salvaguardar el bienestar de la población, especialmente la más vulnerable.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha confirmado que Maquinchao, en Río Negro, encabeza el ranking de las ciudades más frías del país, registrando un escalofriante -16.2°C con una humedad relativa del 91%. Le sigue de cerca Esquel, Chubut, con -16°C y una sensación térmica aún menor de -20.1°C, evidenciando cómo la combinación de bajas temperaturas y alta humedad intensifica la percepción del frío. Ciudades como Malargüe, Mendoza (-15°C), y Chapelco, Neuquén (-14.4°C con 100% de humedad), también se encuentran entre las más afectadas, lo que resalta la severidad de las condiciones invernales en estas latitudes.
La lista de las diez localidades con las temperaturas más bajas se completa con San Carlos de Bariloche, Río Negro (-12.9°C); Perito Moreno, Santa Cruz (-11.8°C); Puerto Madryn, Chubut (-10.4°C con -18°C de sensación térmica); Neuquén capital (-10.1°C con -13.4°C de sensación térmica); Puerto Deseado, Santa Cruz (-9.9°C); y Villa Reynolds, San Luis (-8.9°C). Estos valores, que superan ampliamente el umbral del congelamiento, son característicos de las madrugadas en las zonas de cordillera y la extensa meseta patagónica, donde el invierno suele manifestarse con toda su crudeza.
Como consecuencia directa de esta intensa ola de frío, varias provincias han optado por suspender las clases presenciales. Tucumán, Catamarca, Salta y San Juan han implementado esta medida para proteger la salud de estudiantes, docentes y personal auxiliar. Esta decisión subraya la prioridad de las autoridades provinciales ante escenarios climáticos adversos, buscando minimizar riesgos asociados a la exposición prolongada al frío extremo.
En algunas jurisdicciones, como Catamarca, la suspensión de clases presenciales se complementa con la autorización para continuar la actividad pedagógica de manera virtual, utilizando plataformas digitales o material de estudio alternativo para aquellos sin conectividad. Similarmente, San Juan ha focalizado la medida en departamentos específicos y en todos los niveles educativos, tanto públicos como privados. En Salta, ciertas áreas también confirmaron la suspensión de actividades escolares, garantizando que las ausencias no serán computadas, lo que refleja una adaptación flexible ante la emergencia climática.
Ante este panorama, se anticipa que las bajas temperaturas persistan en las regiones afectadas, lo que demanda un monitoreo continuo por parte del SMN y una alerta constante para la población. La resiliencia de las comunidades y la capacidad de respuesta de los gobiernos locales y provinciales serán clave para mitigar los impactos de este invierno riguroso, que desafía la infraestructura y los hábitos diarios, consolidando la importancia de la prevención y la adaptación en el contexto del cambio climático.