En un final de partido que quedará grabado en la memoria de los fanáticos del baloncesto, los Indiana Pacers lograron una victoria épica de 111-110 sobre los Oklahoma City Thunder en el Juego 1 de las Finales de la NBA. Lo que hace esta victoria aún más extraordinaria es que el equipo de Indiana tomó la delantera en el marcador por primera y única vez en todo el partido gracias a una canasta agónica de Tyrese Haliburton en el último segundo. Este desenlace no solo silenció a la multitud local, sino que también selló una remontada monumental, marcando un precedente histórico en el deporte.
El encuentro, disputado en el feudo de los Thunder, fue dominado en gran parte por el equipo local, que llegó a tener una ventaja de hasta 15 puntos en el último cuarto. Sin embargo, los Pacers mostraron una resiliencia inquebrantable, ejecutando una remontada metódica que culminó en los instantes finales. Oklahoma City, liderado por la brillante actuación de Shai Gilgeous-Alexander, quien anotó 38 puntos, se vio incapaz de contener el impulso final de Indiana.
La gesta de los Pacers es aún más sorprendente si se considera el contexto estadístico. Con esta victoria, el equipo rompió un récord de 182 partidos que databa de 1971: ningún equipo había logrado ganar un juego de Finales estando en desventaja por 9 o más puntos a falta de tres minutos para el final. Esta marca histórica subraya la improbabilidad de la remontada y la magnitud del logro alcanzado por Indiana en un escenario tan exigente.
El héroe de la noche, Tyrese Haliburton, no solo entregó la victoria con su tiro decisivo, sino que también se unió a un selecto grupo de leyendas de la NBA. Su canasta ganadora, ejecutada con menos de un segundo en el reloj, lo posiciona junto a Hakeem Olajuwon y Michael Jordan como los únicos jugadores en la historia con un tiro ganador en las Finales de la NBA en circunstancias tan apretadas. Este hecho eleva el perfil de Haliburton como una estrella emergente y un jugador con nervios de acero en los momentos de mayor presión.
La victoria de los Pacers, aunque definida por el brillo individual de Haliburton, fue el resultado de un esfuerzo colectivo encomiable. Jugadores como Pascal Siakam, Obi Toppin, Myles Turner y Andrew Nembhard realizaron contribuciones cruciales en ambos lados de la cancha, defendiendo con intensidad y aportando puntos vitales que mantuvieron al equipo en la pelea. Esta sinergia demostró que Indiana posee una profundidad de plantilla capaz de competir al más alto nivel en la liga.
Con el Juego 1 en el bolsillo y la ventaja de haber quebrado la moral del rival en su propia casa, los Indiana Pacers han enviado un mensaje claro de sus aspiraciones al título. El segundo partido de la serie, que también se disputará en Oklahoma City, se anticipa con enorme expectativa, ya que los Thunder buscarán ajustar su estrategia y responder a este golpe inicial, mientras que los Pacers intentarán consolidar su impulso y acercarse un paso más a la gloria.