Gigantesco Contrabando de Aceite: Mangueras Clandestinas Unían Argentina y Bolivia para Tráfico Millonario
Una compleja y lucrativa operación de contrabando de aceite de soja fue desarticulada, revelando una audaz estrategia para evadir los controles fronterizos. Más de 30 toneladas de aceite eran trasladadas ilícitamente desde Salvador Mazza, Salta, en Argentina, hasta Pocitos, en Bolivia, mediante un ingenioso sistema de mangueras que cruzaban la línea divisoria internacional.
La investigación desveló que la actividad ilícita se había iniciado en el año 2022. La trama comenzaba con la adquisición de aceite de soja en la provincia de Santa Fe, utilizando para ello una empresa fantasma que facilitaba las transacciones sin levantar sospechas inmediatas sobre el verdadero destino de la mercadería. Este paso inicial era crucial para legalizar la compra antes de su desvío hacia el circuito ilegal.
Una vez obtenido el aceite, este era transportado en camiones cisterna hasta una propiedad conocida como «Don Ramón», ubicada en Salvador Mazza, una zona estratégica por su cercanía con la frontera. En este punto, la mercadería era trasegada a camiones de menor tamaño, optimizando la logística para el siguiente tramo del recorrido clandestino.
Los camiones más pequeños se dirigían entonces hacia «El Chorro», un paraje cercano a la frontera boliviana, donde aguardaba la fase más audaz de la operación. Desde allí, se extendían largas mangueras que cruzaban de manera subterránea o camuflada la frontera hacia territorio boliviano, conectando directamente con vehículos de carga que esperaban del otro lado, completando así la exportación ilícita.
La magnitud del fraude es considerable. Se estima que la operación generó ganancias ilícitas por al menos 2.4 millones de dólares, un reflejo del volumen y la continuidad del contrabando. Además, este esquema fraudulento provocó una pérdida fiscal para el Estado argentino calculada en 720,000 dólares, producto de los derechos de exportación que nunca fueron abonados.
Este caso subraya la sofisticación de las redes de contrabando en zonas fronterizas y la necesidad de intensificar los controles y la inteligencia para desarticular estas estructuras. La evasión fiscal y el flujo de dinero ilícito no solo impactan negativamente en las arcas públicas, sino que también distorsionan el comercio legítimo y pueden financiar otras actividades delictivas.