El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) llevó a cabo una nueva y contundente operación de limpieza en las inmediaciones del departamento de la expresidenta Cristina Kirchner, en Recoleta, así como en la emblemática Plaza de Mayo. Este despliegue, ejecutado por personal de Espacio Público e Higiene Urbana con el apoyo de la Policía de la Ciudad, tuvo como objetivo principal la remoción de carteles, pancartas y correspondencia que se habían adherido a muros, rejas y veredas en las zonas afectadas. La medida se enmarca en la política de mantenimiento del espacio público y la gestión de residuos urbanos.
La intervención, que se extendió durante las noches del jueves y viernes, implicó un considerable despliegue de recursos humanos y materiales. En el perímetro del edificio donde reside la exmandataria, se observó la minuciosa labor de los equipos de limpieza, que retiraron una gran cantidad de elementos que, según fuentes oficiales, alteraban la estética y la limpieza del entorno. La acción se suma a operativos similares realizados con anterioridad, que buscan mantener el orden y la higiene en áreas de alta circulación y visibilidad pública.
La zona cercana al domicilio de Cristina Kirchner se ha consolidado como un punto de encuentro y expresión para militantes peronistas desde la resolución de la Corte Suprema que determinó su situación legal. Esta confluencia ha generado la acumulación de diversos objetos y mensajes, lo que ha llevado al GCBA a implementar estas periódicas operaciones de limpieza. La tensión en el lugar es palpable, evidenciada por un breve altercado entre agentes de la Ciudad y efectivos de la Policía Federal que custodian el edificio, quienes inicialmente manifestaron reticencia a la remoción de ciertos elementos.
De acuerdo con un informe del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, el costo total de esta operación ascendió a 237 millones de pesos. Este monto incluyó la incorporación de 300 nuevos barrenderos, la utilización de maquinaria especializada para la recolección y remoción de desechos, y el recambio de contenedores de basura en el área intervenida. La magnitud de la inversión subraya la complejidad y el alcance de los operativos, que requieren una planificación y ejecución coordinadas.
La acción del GCBA se interpreta en el contexto de la gestión del espacio público en una ciudad densamente poblada como Buenos Aires, donde la coexistencia de la actividad política y la vida cotidiana requiere un equilibrio constante. Si bien estas operaciones son presentadas como rutinarias y necesarias para el mantenimiento de la higiene urbana, no están exentas de connotaciones políticas, especialmente en zonas que se han convertido en símbolos de polarización y expresión ciudadana.
En un futuro cercano, se espera que este tipo de operaciones de limpieza continúen en las áreas que concentran manifestaciones o reuniones públicas recurrentes. La inversión en recursos y personal demuestra el compromiso del Gobierno de la Ciudad con la preservación del espacio público, aunque estas acciones siempre estarán bajo el escrutinio de la opinión pública y los distintos actores políticos involucrados.















