El influencer uruguayo Yao Cabrera fue detenido recientemente en la provincia de Córdoba, Argentina, tras haber sido condenado en abril de 2024 a cuatro años de prisión por el delito de reducción a la servidumbre. La detención fue realizada por la Policía Federal Argentina en cumplimiento de la sentencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 de San Martín.
La investigación se originó en 2020, cuando una joven denunció a Cabrera por explotación laboral. Según la denunciante, fue contactada con la promesa de trabajo como editora de videos, alojamiento y un salario. Sin embargo, una vez en la denominada «Mansión WIFI» en Escobar, provincia de Buenos Aires, fue sometida a extensas jornadas laborales sin remuneración, amenazas y restricciones de movimiento.
Durante el juicio, se presentaron pruebas que evidenciaron las condiciones abusivas impuestas por Cabrera. La víctima relató que, además de sus tareas de edición, se le exigía participar en videos y cumplir con normas estrictas de convivencia. Se le proporcionaba comida en mal estado y en cantidades insuficientes, y solo podía ausentarse de la vivienda los domingos, siempre y cuando hubiera concluido con sus labores.
El Tribunal, presidido por la jueza Nada Flores Vega, no solo impuso la pena de prisión, sino que también ordenó una reparación económica para la víctima de seis millones de pesos. Esta medida busca resarcir el daño causado y sentar un precedente en casos de explotación laboral en el ámbito digital.
Tras la sentencia, Cabrera había permanecido prófugo hasta su reciente captura en Córdoba. Su detención marca un hito en la lucha contra la explotación laboral y la trata de personas en el mundo de los influencers y creadores de contenido digital. Este caso pone de manifiesto la necesidad de regular y supervisar las condiciones laborales en entornos informales y digitales, donde jóvenes profesionales pueden ser vulnerables a abusos por parte de figuras con gran influencia en redes sociales.
La comunidad digital y los seguidores de Cabrera han reaccionado de diversas maneras ante la noticia. Mientras algunos expresan sorpresa y decepción, otros destacan la importancia de que la justicia actúe en casos de abuso de poder y explotación. Este acontecimiento subraya la responsabilidad ética que deben asumir los creadores de contenido y la necesidad de proteger los derechos de quienes colaboran en la producción de material digital.