El reciente cierre de listas para las elecciones legislativas de 2025 ha reconfigurado el tablero político nacional, con ganadores y perdedores claros. La figura de Karina Milei, hermana y secretaria general de la Presidencia, emerge como la gran triunfadora. Su influencia en la conformación de las listas de La Libertad Avanza (LLA) ha sido decisiva, consolidando su poder interno y demostrando que su rol va mucho más allá de la gestión personal de su hermano. El proceso ha evidenciado una jefatura indiscutida que le otorga un control total sobre las decisiones estratégicas del partido en las provincias.
La indiscutible preeminencia de Karina Milei se refleja en su capacidad para designar nombres clave y asegurar la lealtad de las bases. A diferencia de las tensiones internas que se vivieron en otras alianzas, en LLA la «Jefa» logró imponer su criterio, lo que fortalece la cohesión interna y la capacidad de la fuerza política para operar con disciplina. Esta centralización del poder es una de las principales fortalezas del oficialismo de cara a la contienda electoral, permitiendo una estrategia unificada y sin fisuras.
En la vereda de enfrente, el peronismo ha mostrado un movimiento sorpresivo y audaz que lo posiciona como un contendiente fuerte. A través de acuerdos estratégicos y la postulación de figuras jóvenes y renovadas, la coalición ha buscado superar sus divisiones internas para presentar un frente unido. Esta renovación de rostros y propuestas, que busca distanciarse de los liderazgos más desgastados, es una apuesta arriesgada pero que podría darles un impulso significativo en las urnas. La capacidad de lograr una lista de unidad en distritos clave demuestra una madurez política inesperada.
El contraste más notorio se da en la figura del expresidente Mauricio Macri. A pesar de su intento por mantener una influencia predominante en Juntos por el Cambio, el cierre de listas lo deja en una posición de claro declive. La decisión de postular a una candidata que responde más a Horacio Rodríguez Larreta que a su propia línea interna es una derrota simbólica que expone la pérdida de su control sobre la coalición. Este debilitamiento de su liderazgo podría tener consecuencias a largo plazo, abriendo la puerta a nuevos liderazgos dentro del PRO.
El cierre de listas no es solo un trámite burocrático, sino un reflejo del poder real de cada figura y de cada espacio político. Los movimientos de los últimos días han dejado en claro que el poder en Argentina está en constante reconfiguración, con nuevos actores ascendiendo y viejos líderes perdiendo terreno. La fortaleza de Karina Milei, la inesperada cohesión del peronismo y el evidente declive de Macri son los hitos que marcarán la agenda política de las próximas semanas, y que, sin duda, influirán en el resultado de las elecciones de 2025.
El ajedrez político ha sido movido, y las piezas ya están en sus lugares. Los próximos meses serán cruciales para observar cómo cada coalición capitaliza sus aciertos y gestiona sus debilidades. La centralización de poder en LLA, la audacia renovadora del peronismo y el declive del macrismo no son hechos aislados, sino parte de una dinámica mayor que definirá el futuro de la política argentina y la distribución de fuerzas en el Congreso.