El portavoz presidencial, Manuel Adorni, aseguró que el Gobierno se encuentra en una posición favorable para cerrar cuanto antes un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el funcionario, las metas pactadas en el programa actual han sido cumplidas, lo que elimina barreras para avanzar en una renegociación con el organismo multilateral. “Está el camino allanado. No hay razones para que no lleguemos a un entendimiento en los próximos días”, afirmó Adorni durante una conferencia de prensa en Casa Rosada.
El optimismo del Ejecutivo se sustenta en los recientes avances en materia fiscal y monetaria. Fuentes del Ministerio de Economía señalaron que el país logró reducir el déficit primario al nivel comprometido, mientras que las reservas internacionales mostraron un leve repunte gracias a las exportaciones del sector agroindustrial y un desembolso previo del FMI. Además, destacaron que las negociaciones incluyen condiciones más flexibles para los vencimientos de deuda en 2025, lo que ofrecería un respiro financiero clave en un año electoral.
No obstante, los desafíos no están ausentes. Algunos analistas advierten que el contexto económico global, marcado por la incertidumbre y el endurecimiento de políticas monetarias en países desarrollados, podría complicar las negociaciones. A esto se suma la tensión interna en el Congreso, donde sectores de la oposición han manifestado su descontento con los términos de los acuerdos anteriores con el FMI. Según Adorni, sin embargo, estas tensiones no deberían interferir en el proceso: “El Ejecutivo tiene la responsabilidad de garantizar la estabilidad económica, y esto es parte de ese esfuerzo”.
Por otra parte, Adorni puso en duda la posibilidad de que se convoquen sesiones extraordinarias en el Congreso en las próximas semanas. “Hoy no hay consenso político suficiente para avanzar con una agenda legislativa amplia”, indicó, en referencia a temas como la reforma impositiva y las modificaciones al presupuesto 2025, que todavía generan divisiones entre oficialismo y oposición. Esta situación podría retrasar proyectos clave para la gestión económica, aunque desde el Gobierno confían en que el acuerdo con el FMI no dependa directamente de la actividad legislativa.
Mientras tanto, en Washington, el FMI confirmó que sigue trabajando en estrecha colaboración con las autoridades argentinas. Un vocero del organismo destacó que el diálogo es “constructivo” y que las revisiones técnicas están en etapa avanzada. De concretarse un nuevo acuerdo, se espera que los términos incluyan un desembolso adicional que ayude a reforzar las reservas del Banco Central, al tiempo que se prolonguen los plazos para los pagos previstos en los próximos dos años.
La posibilidad de cerrar un nuevo convenio con el FMI se presenta como una oportunidad crucial para la administración actual de fortalecer su posición económica antes de las elecciones. Sin embargo, el desafío será no solo asegurar el respaldo del organismo, sino también construir un consenso interno que permita implementar las políticas necesarias para cumplir con las nuevas metas. El desenlace de estas negociaciones marcará el rumbo económico del país en un momento decisivo.