En el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno de Javier Milei anunció la eliminación gradual de los subsidios a las tarifas de electricidad y gas para los hogares de clase media.
La medida busca reducir el gasto público y avanzar en la desregulación del sistema energético, enfocando la asistencia estatal exclusivamente en los sectores más vulnerables. Según estimaciones oficiales, cerca de 3 millones de usuarios perderán el beneficio en el caso de la electricidad.
Actualmente, el esquema de subsidios se basa en una segmentación por ingresos en tres niveles. Con la nueva política, se implementará un sistema similar al de la tarifa social aplicado durante la gestión de Mauricio Macri, con solo dos categorías: quienes reciben subsidios y quienes no.
La Secretaría de Energía, liderada por María Tettamanti, será la encargada de rediseñar el esquema de subsidios, aunque aún no se ha definido un ritmo concreto para su implementación. El proceso será gradual y se evaluará su aplicación después de las elecciones.
Desde el área energética reconocen que el cruce de datos resulta complejo, especialmente en los casos de beneficiarios no registrados formalmente. Esto podría generar que algunos hogares vulnerables queden fuera del nuevo esquema de asistencia.
Organizaciones sociales y sectores de la oposición han expresado su preocupación por el impacto que esta medida podría tener en la clase media, que ya enfrenta dificultades económicas debido a la inflación y la recesión.