Dólar y riesgo país en descenso: el Gobierno argentino consolida la calma económica previo a las elecciones.
El panorama económico argentino muestra signos de una inesperada tranquilidad a poco más de un mes de las cruciales elecciones legislativas. El gobierno nacional ha logrado estabilizar indicadores clave como la cotización del dólar y el riesgo país, ganando un margen de maniobra crucial para encarar el proceso electoral sin los sobresaltos cambiarios que han caracterizado otros momentos de tensión política. Este escenario de relativa estabilidad se ha logrado gracias a un conjunto de medidas estratégicas y un apoyo externo significativo que han logrado frenar una potencial corrida.
La reciente calma en el mercado cambiario se explica, en gran parte, por la inyección de divisas al circuito formal, una situación impulsada por la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones del sector agropecuario. La inédita medida, que beneficia la liquidación de hasta 7.000 millones de dólares, ha generado un flujo de capital que ha logrado contener la presión sobre el tipo de cambio oficial, permitiendo al Banco Central dejar de perder reservas y, en algunos casos, sumar divisas.
A este panorama de alivio se suma lo que el sector financiero ha calificado como un «respaldo inédito del Tesoro norteamericano». Este apoyo no solo fortalece la posición de la administración, sino que también envía una señal de confianza a los inversores internacionales. La combinación de políticas internas y apoyo externo ha sido fundamental para revertir la tendencia negativa que se había observado en las semanas previas, logrando que el dólar oficial retrocediera de $1.515 a $1.360 en un lapso de tres días.
La reducción del riesgo país, que descendió a 900 puntos básicos, es otro indicador de la percepción de mejora en el panorama macroeconómico. Esta caída, aunque no es un retorno a niveles ideales, es una muestra de que los mercados han revaluado el riesgo de inversión en la deuda soberana argentina. La disminución de este índice es fundamental para el gobierno, ya que abre la puerta a un eventual acceso a financiamiento en los mercados internacionales y reduce el costo de la deuda.
Sin embargo, a pesar de este período de tranquilidad, la cautela persiste entre analistas e inversores. El principal interrogante es si esta estabilidad se mantendrá hasta el 26 de octubre. Las tensiones políticas inherentes a la campaña electoral podrían reavivar la demanda de divisas y generar un nuevo episodio de volatilidad. La experiencia histórica argentina indica que la calma cambiaria previa a elecciones puede ser frágil y dependiente de la percepción de los resultados electorales.
En este contexto, el gobierno se enfrenta al desafío de capitalizar esta ventana de estabilidad. El éxito de esta estrategia no solo se medirá en la cotización del dólar, sino también en la capacidad de la administración para mantener la confianza de los actores económicos y políticos, demostrando que las medidas tomadas son sostenibles más allá del corto plazo electoral. La gestión de expectativas y la comunicación serán clave para evitar nuevos sobresaltos en lo que resta del año.