El Gobierno nacional estableció tres días no laborables con fines turísticos para el calendario de 2025. Sin embargo, a diferencia de los feriados tradicionales, estos días estarán sujetos a la decisión de cada empleador sobre si otorga o no la jornada libre a sus trabajadores. Asimismo, no habrá obligación de abonar un salario especial para quienes trabajen en estas fechas, marcando una diferencia clave con los feriados tradicionales.
La medida, publicada en el Boletín Oficial, busca fomentar el turismo interno al alentar escapadas de fin de semana largo. Los días seleccionados para este esquema son el 24 de marzo, el 20 de junio y el 15 de octubre de 2025, estratégicamente ubicados en lunes o viernes para favorecer el desplazamiento turístico. Sin embargo, el carácter «no laborable» de estas fechas introduce un matiz que podría generar desigualdades entre trabajadores de distintos sectores.
Según lo dispuesto por la Ley de Contrato de Trabajo, los días no laborables permiten que las empresas decidan si sus empleados pueden tomarlos como jornada de descanso. En caso de que se les requiera trabajar, los empleados recibirán su salario habitual, sin el recargo del 100% que corresponde a los feriados. Este cambio ha generado críticas por parte de sindicatos y organizaciones laborales, que consideran que la medida precariza las condiciones laborales y fomenta la incertidumbre.
Desde el Gobierno, argumentan que esta decisión busca equilibrar los intereses del sector turístico con los de las empresas y trabajadores. «La idea es impulsar el turismo sin generar una carga adicional obligatoria para los empleadores, en un contexto económico que requiere flexibilidad», afirmó una fuente oficial. Sin embargo, analistas advierten que esta política podría beneficiar principalmente a quienes trabajan en sectores donde los días no laborables suelen respetarse, como la administración pública, dejando a otros segmentos sin la posibilidad de disfrutar de estas jornadas.
El impacto en el turismo también es motivo de debate. Mientras que cámaras del sector celebraron la medida como un incentivo para reactivar la actividad en fechas clave, algunos expertos señalan que la falta de obligatoriedad para los empleadores podría limitar su efectividad. En 2023 y 2024, los feriados puente impulsaron un notable aumento en las reservas hoteleras y en el consumo turístico, algo que no necesariamente se replicará bajo este nuevo esquema.
La definición de días no laborables para 2025 refleja un cambio en la política de promoción del turismo y deja en evidencia la necesidad de un debate más amplio sobre el equilibrio entre los derechos laborales y los incentivos económicos. Con opiniones divididas, la implementación de esta medida será clave para evaluar su impacto en el empleo y el turismo en el mediano plazo.