La mesa legislativa impulsada por el Gobierno, creada para coordinar con los bloques aliados la agenda parlamentaria, fue suspendida temporalmente, según informaron fuentes de la Casa Rosada. Aunque oficialmente se atribuyó la pausa a cuestiones de agenda, la decisión generó suspicacias en la oposición, especialmente en el PRO, donde algunos consideran que se trata de una represalia por las recientes críticas del expresidente Mauricio Macri hacia el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei.
Desde su creación, la mesa legislativa había funcionado como un espacio clave para delinear proyectos prioritarios y negociar consensos con los sectores aliados en el Congreso. Sin embargo, su interrupción coincide con un momento de alta tensión política, marcado por el intercambio de declaraciones cruzadas entre referentes del oficialismo y la oposición. «No hay intención de romper el diálogo; solo se trata de ajustar tiempos en un contexto cargado», explicaron fuentes cercanas al Ejecutivo.
En el PRO, la lectura política es diferente. Voceros de la oposición vincularon directamente la suspensión con las declaraciones de Macri, quien en una entrevista reciente cuestionó a Milei, socio estratégico del oficialismo en varias votaciones clave. Para algunos dirigentes del PRO, este movimiento podría interpretarse como una señal del oficialismo para preservar la alianza con La Libertad Avanza y evitar mayores conflictos internos.
La pausa en la mesa legislativa también se da en un contexto de incertidumbre sobre la convocatoria a sesiones extraordinarias. Fuentes legislativas señalaron que el Ejecutivo está evaluando incluir en el temario iniciativas sensibles, como la reforma del sistema de coparticipación federal y medidas para reactivar la economía. Estas propuestas podrían generar nuevas tensiones con la oposición, especialmente en un Congreso que continúa fragmentado tras las últimas elecciones.
Analistas políticos destacan que esta decisión evidencia la fragilidad de los acuerdos entre las principales fuerzas. Si bien la Casa Rosada insiste en que la mesa se retomará una vez definidos los detalles de las extraordinarias, queda por ver si la desconfianza generada impactará en las negociaciones futuras. «Estamos ante un momento de redefinición de estrategias políticas en ambos lados», explicó un experto en la dinámica legislativa.
La suspensión temporal podría extenderse más allá de las sesiones extraordinarias si no se logra recomponer el diálogo entre las partes. Mientras tanto, el oficialismo busca equilibrar las críticas internas y fortalecer sus alianzas en un escenario político cada vez más polarizado. La evolución de esta situación será clave para determinar si el Congreso podrá avanzar con una agenda consensuada o si la confrontación se profundizará en los próximos meses.