Un momento aparentemente inocente en el escenario del Granca Live Fest, que marcó el regreso de Enrique Iglesias a los escenarios tras seis años de ausencia, se convirtió rápidamente en un fenómeno viral y un epicentro de debate en las redes sociales. La interacción entre el icónico cantante español y la ascendente estrella argentina Emilia Mernes generó una ola de reacciones que puso bajo el microscopio los límites del contacto físico en la industria del entretenimiento y la percepción pública sobre el consentimiento.
El incidente ocurrió durante la interpretación del clásico «Héroe», cuando Enrique Iglesias se acercó a Emilia Mernes. En un gesto que captó la atención de las cámaras y del público presente en el Estadio de Gran Canaria, Iglesias tomó a Mernes por los brazos, luego por el rostro y finalmente la besó en la mejilla. La reacción de la artista argentina, visiblemente sorprendida y con un gesto de incomodidad que intentó disimular con una risa forzada, fue instantáneamente capturada en video.
La inmediatez de las redes sociales amplificó el suceso. El fragmento de video se propagó a la velocidad de la luz en plataformas como X (anteriormente Twitter) e Instagram, donde generó miles de comentarios y un torrente de opiniones. La mayoría de los usuarios expresaron un fuerte apoyo a Emilia Mernes, al mismo tiempo que criticaron enérgicamente la actitud de Enrique Iglesias, calificando su accionar como inapropiado, invasivo e incluso, en algunos casos, como una forma de acoso.
Este episodio reabre el diálogo sobre las dinámicas de poder en el mundo del espectáculo, donde las interacciones en público entre figuras reconocidas son constantemente escrutadas. La reacción masiva en línea demuestra una creciente sensibilidad y concientización sobre el espacio personal de los artistas, especialmente en el contexto de la cultura del consentimiento que ha tomado mayor relevancia en los últimos años a nivel global. Los espectadores y la audiencia digital se han vuelto más vocales en señalar comportamientos que consideran irrespetuosos o que traspasan límites no explícitamente acordados.
A pesar de la controversia generada, la actuación transcurrió sin mayores interrupciones en el escenario. Posteriormente, Emilia Mernes compartió una fotografía junto a Enrique Iglesias en sus redes sociales, acompañándola de un mensaje de agradecimiento por la invitación. Sin embargo, ninguno de los dos artistas ha emitido un comunicado oficial o una declaración pública para abordar directamente el incidente o las reacciones que provocó, dejando el debate abierto en la esfera digital.
El episodio subraya la doble espada de la visibilidad en la era digital: mientras que la fama y el alcance permiten a los artistas conectar con millones, también los exponen a un escrutinio público constante, donde cada gesto puede ser interpretado y amplificado hasta convertirse en un fenómeno global. Este suceso, más allá del momento incómodo, invita a una reflexión más profunda sobre las responsabilidades de las figuras públicas y la evolución de las normas sociales en el ámbito de la interacción interpersonal, incluso en un contexto de espectáculo masivo.