La conmoción por el fallecimiento de Miguel Ángel Russo trascendió las fronteras de los clubes, llegando a la cúpula de la Selección Argentina. El director técnico Lionel Scaloni utilizó el ámbito de una conferencia de prensa para reflexionar sobre la figura de Russo, destacando su legado no solo en términos de triunfos deportivos, sino, fundamentalmente, como un modelo de conducta profesional y humana. La voz del entrenador campeón del mundo añade una capa de solemnidad al adiós, señalando que la forma de ser de Russo debería servir de guía para todos en la alta competencia.
Scaloni hizo hincapié en la humildad y la calma que siempre caracterizaron a Russo, elementos que considera esenciales y a menudo ausentes en el vertiginoso ambiente del fútbol actual. El técnico de la Albiceleste elogió la capacidad de Russo para dejar una huella positiva en cada institución que dirigió, más allá de los resultados inmediatos. Esta perspectiva eleva el legado del exentrenador de Boca a una dimensión ética, revalorizando la figura del técnico como un formador de ambientes y no solo como un estratega.
Desde el cuerpo técnico de la Selección Argentina se resaltó que la trayectoria de Russo es un testimonio de resiliencia y compromiso. Habiendo pasado por múltiples clubes en momentos de crisis, supo sortear la inestabilidad institucional y mediática gracias a su bajo perfil y rigor profesional. Según analistas deportivos, este tipo de elogios, provenientes de un técnico de la talla de Scaloni, refuerzan la idea de que la longevidad y el respeto en el fútbol se ganan con consistencia moral y no con estridencias.
La reflexión de Scaloni, al destacar que Russo «ha dejado un legado de cómo debe ser uno», resuena particularmente en un momento donde la presión sobre los entrenadores es máxima, con ciclos cada vez más cortos. El campeón del mundo sugiere implícitamente que la tranquilidad y la forma respetuosa de Russo de encarar su trabajo representan un antídoto contra la toxicidad y el resultadismo desenfrenado que a menudo domina el deporte rey.
El impacto social del mensaje de Scaloni radica en su universalidad. No solo se dirige a sus colegas, sino también a los jugadores y dirigentes, proponiendo una redefinición del éxito donde la dignidad profesional y el trato humano ocupan un lugar central. En un contexto de luto nacional, la referencia a Russo como un ejemplo sirve para cohesionar el sentimiento de la comunidad futbolística bajo un estándar de comportamiento ejemplar que trasciende la rivalidad.
La figura de Miguel Ángel Russo, vista a través del prisma de la Selección Argentina, se proyecta hacia el futuro como un recordatorio permanente: los títulos se ganan, pero el respeto se construye día a día con el carácter. El legado de Russo, impulsado por el reconocimiento del líder de la actual generación dorada del fútbol argentino, quedará inscripto en la historia no solo por sus logros, sino por la templanza y el profesionalismo con los que los alcanzó, sentando un precedente de cómo debe ser un deportista de élite.