El oficialismo redobla esfuerzos para asegurar el voto necesario que permita aprobar el Fondo de Alta Complejidad en la próxima sesión legislativa. Este proyecto propone un aumento en las retenciones agropecuarias para financiar al Instituto de Seguridad Social, Seguros y Préstamos (Insssep), especialmente en áreas de atención médica de alta complejidad. Las negociaciones se centran en persuadir a legisladores opositores moderados, considerados más flexibles a la iniciativa.
La propuesta enfrenta resistencias en sectores opositores que cuestionan el impacto económico de las nuevas retenciones. Argumentan que estas medidas pueden desalentar la producción agropecuaria, principal motor económico de muchas regiones. Sin embargo, desde el oficialismo insisten en que los recursos generados son imprescindibles para fortalecer el sistema de salud, garantizando tratamientos costosos y ampliando la cobertura médica para la población más vulnerable.
«Estamos ante una oportunidad histórica para consolidar un sistema de salud más justo y accesible. No es un gasto, es una inversión en la calidad de vida de los chaqueños», expresó un legislador oficialista. En contraste, representantes de las cámaras agropecuarias han manifestado su rechazo, advirtiendo que el incremento en las retenciones puede afectar gravemente la competitividad del sector, especialmente en un contexto económico complejo.
En las últimas semanas, se retomaron las conversaciones con legisladores independientes y de bloques minoritarios, quienes podrían inclinar la balanza a favor del proyecto. Fuentes cercanas al oficialismo señalaron que se evalúan modificaciones al texto original para incorporar sugerencias de estos sectores y lograr un consenso más amplio. Entre las propuestas se encuentra la posibilidad de implementar las retenciones de manera escalonada, con un monitoreo trimestral de su impacto económico.
Por su parte, los representantes del Insssep respaldaron enfáticamente la iniciativa, destacando que los recursos adicionales permitirían cubrir tratamientos de alta tecnología, adquirir equipamiento de última generación y reducir las listas de espera en áreas críticas como oncología y cardiología. Según el instituto, más de 30.000 afiliados podrían beneficiarse directamente de esta medida.
La sesión clave para tratar el proyecto está prevista para la próxima semana. Mientras tanto, las partes intensifican el debate público y las reuniones privadas. «Este es un tema de salud pública, no de política partidaria. Todos debemos estar a la altura de las circunstancias», enfatizó un dirigente oficialista. En un clima político marcado por la polarización, el desenlace de esta votación será un indicativo del nivel de consenso que las fuerzas políticas pueden alcanzar frente a desafíos sociales de gran magnitud.