Israel ha puesto en marcha un complejo y riguroso protocolo de recepción militar y sanitaria ante la inminente liberación de rehenes israelíes en manos del grupo terrorista Hamás, un hito crucial en el acuerdo de cese al fuego en Gaza. El operativo, diseñado meticulosamente por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el sistema de salud, se prepara para todos los escenarios posibles, dada la incertidumbre sobre el estado de salud exacto de cada secuestrado tras un largo período de cautiverio.
El proceso iniciará con el traslado de los cautivos a territorio israelí, previsiblemente con la mediación de vehículos de la Cruz Roja, avanzando desde Gaza hacia la frontera. El punto de recepción primario es una base militar designada, como el sitio de Re’im, donde las FDI han preparado instalaciones con 24 habitaciones completamente equipadas y personal médico especializado para ofrecer la primera atención en un entorno seguro y de máxima discreción.
El protocolo es diferenciado y altamente sensible. Para los rehenes vivos, se disponen sillas de ruedas, muletas, vestimenta nueva y suministros básicos, garantizando que el primer contacto sea lo más digno y respetuoso posible. Posteriormente, serán transportados en helicóptero a hospitales clave como Ichilov (Tel Aviv), Sheba (Tel HaShomer) o Beilinson (Petah Tikva), donde equipos médicos multidisciplinarios, incluyendo especialistas en trauma y salud mental, han sido activados para su tratamiento.
Un aspecto crucial del acuerdo es la estricta prohibición de ceremonias públicas de liberación, una medida impulsada para evitar la exposición mediática o cualquier situación que pudiera resultar humillante para los rehenes y sus familias. Según fuentes del comando israelí, este blindaje busca priorizar la estabilidad emocional y física de los liberados, permitiendo una reunión íntima y segura con sus allegados.
El operativo también contempla la logística para la eventual entrega de los restos de los rehenes fallecidos. Una vez confirmada la identidad, se procederá a la entrega de los cuerpos para el entierro, sea este civil o militar. El gobierno israelí, a través de sus coordinadores, ya ha iniciado el contacto con las familias para definir los detalles de los funerales, reconociendo la necesidad de dar un cierre digno a quienes han sido víctimas de la barbarie.
La liberación de los rehenes es la máxima prioridad para la opinión pública israelí y un paso esencial para avanzar en futuras fases del acuerdo de paz en Gaza, que incluye la entrada de ayuda humanitaria masiva y una retirada parcial de las fuerzas israelíes de ciertas zonas urbanas. La comunidad internacional y los familiares se mantienen en vilo, conscientes de que la recepción exitosa no solo es un acto humanitario, sino un delicado punto de inflexión política y moral en el complejo tablero del conflicto regional.