El riesgo país de Argentina ha experimentado un preocupante ascenso, superando la barrera de los 900 puntos básicos por primera vez desde noviembre pasado. Este incremento se produce en un escenario de crecientes tensiones comerciales a nivel mundial y desafíos económicos internos que afectan la confianza de los inversores.
La reciente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a diversas importaciones, incluyendo productos argentinos, ha intensificado la aversión al riesgo en los mercados emergentes. En respuesta, China anunció aranceles adicionales del 34% a productos estadounidenses, exacerbando los temores de una guerra comercial global. Estas medidas han generado una ola de ventas en los mercados financieros internacionales, impactando negativamente en los activos argentinos.
En el ámbito local, la incertidumbre política también ha contribuido a la volatilidad económica. La reciente derrota del presidente Javier Milei en el Congreso respecto al nombramiento de jueces para la Corte Suprema ha generado dudas sobre la estabilidad y gobernabilidad del país. Esta situación ha llevado al índice S&P Merval a caer un 8,2%, mientras que los bonos soberanos en dólares registraron pérdidas significativas.
El Banco Central de la República Argentina ha intervenido en el mercado cambiario, vendiendo dólares para intentar estabilizar el peso argentino. Sin embargo, estas acciones no han logrado disipar las preocupaciones de los inversores, quienes temen una posible devaluación de la moneda local. La falta de claridad en la política cambiaria y fiscal del gobierno ha aumentado la desconfianza en el mercado.
A nivel internacional, los mercados financieros han reaccionado negativamente a las tensiones comerciales. Los principales índices de Wall Street registraron caídas cercanas al 4%, reflejando el nerviosismo de los inversores ante la escalada de medidas proteccionistas entre las principales economías del mundo. Esta situación ha tenido un efecto dominó en las economías emergentes, como la argentina, que dependen en gran medida del comercio internacional.
Analistas económicos advierten que, de persistir este escenario, Argentina podría enfrentar mayores dificultades para acceder a financiamiento internacional en condiciones favorables. La combinación de factores externos e internos subraya la necesidad de implementar políticas económicas coherentes y previsibles que restauren la confianza de los inversores y promuevan la estabilidad financiera en el país.