La reciente escalada del conflicto en Medio Oriente, marcada por la intervención de Estados Unidos en el enfrentamiento entre Israel e Irán, ha generado una creciente incertidumbre en los mercados globales, con repercusiones directas en la economía argentina. El ingreso de EE.UU. al conflicto mediante bombardeos a instalaciones nucleares iraníes eleva los riesgos económicos y políticos a nivel local, confirmando la interconexión de la economía global.
Uno de los puntos críticos de esta tensión es la posible amenaza de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz, un corredor marítimo vital por donde transita el 20% del petróleo mundial y el 30% del gas natural licuado (GNL). Aunque la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, la sola posibilidad de un bloqueo podría disparar el precio del crudo a rangos de entre USD 130 y USD 150 por barril, desde los casi USD 75 actuales, según estimaciones de JP Morgan e ING Barings.
Daniel Montamat, ex secretario de Energía, subraya la preocupación por el abastecimiento de China, el mayor importador de crudo, lo que podría disuadir a Irán de un cierre total. Sin embargo, en un contexto bélico, la irracionalidad puede desatar un escenario impredecible. Ricardo Delgado, economista y director de Analytica, advierte que el aumento de los combustibles ya se refleja en los surtidores argentinos, con Puma y Shell aplicando una suba del 5%, anticipando un impacto significativo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Javier Timerman, economista y analista financiero, coincide en que el impacto local se canalizará principalmente a través de la inflación, dado que la capacidad de las refinerías locales para absorber precios internacionales más altos es limitada. Esto podría complicar aún más las expectativas de inflación ya optimistas del mercado. Asimismo, la persistencia del conflicto podría reducir el margen de la Reserva Federal de EE.UU. para recortar tasas, afectando negativamente el escenario para la inversión global y, por ende, la capacidad de Argentina para atraer capitales.
En el ámbito político, el politólogo Fabián Calle analiza que el rumbo del conflicto dependerá de la decisión de Irán de contener los ataques a un nivel bilateral con Israel, evitando afectar intereses estadounidenses. Sin embargo, el alineamiento automático del gobierno argentino con Israel y EE.UU., a diferencia de otros países de la región, podría elevar el riesgo de que Argentina sea un blanco de posibles represalias terroristas, un escenario que ya experimentó en la década de los 90.
Frente a este complejo panorama, Mariano Kestelboim, economista e investigador, destaca que el gobierno de Javier Milei cuenta con pocas reservas en dólares, pero con una cantidad considerable de pesos, lo que podría ofrecer un margen de maniobra. Sugiere medidas como la prórroga del recorte temporal de retenciones al campo para incentivar el ingreso de divisas y aliviar la situación en un contexto internacional adverso.