A partir de enero de 2024, el Impuesto PAIS del 30% que actualmente grava las operaciones con dólar tarjeta dejará de aplicarse, según lo anunciado por las autoridades económicas. Este cambio, que impactará directamente a los consumidores que realizan gastos en moneda extranjera con tarjeta de crédito o débito, representa un alivio en los costos de viajes al exterior y compras internacionales, aunque el esquema cambiario seguirá presentando variaciones según la opción elegida.
El dólar tarjeta, que actualmente incluye el impuesto del 30% más un 45% de percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales, se ubicará en niveles más cercanos al dólar oficial. Sin embargo, la alícuota del 45% seguirá vigente, manteniendo una brecha con el dólar oficial tradicional, que se utiliza para exportadores e importadores. Para un dólar oficial en torno a los $350, el dólar tarjeta quedará aproximadamente en $507, frente al actual dólar turista, que supera los $650 por efecto del Impuesto PAIS.
Este cambio busca fomentar una mayor previsibilidad en el esquema cambiario y aliviar las tensiones que enfrentan los viajeros y consumidores internacionales. No obstante, expertos advierten que persistirán otras restricciones, como los topes mensuales para compras en dólares con tarjetas y el encarecimiento del dólar MEP o contado con liquidación, frecuentemente utilizado por quienes buscan dolarizarse de manera legal.
La medida podría impactar también en el sector turístico, especialmente en los operadores de viajes y agencias. Una menor carga impositiva podría incentivar a más argentinos a planificar viajes al exterior, lo que generaría una demanda adicional de dólares. Al mismo tiempo, las aerolíneas y servicios relacionados, como hoteles y alquileres de vehículos, podrían experimentar un incremento en las reservas, beneficiando al sector a nivel global.
En el ámbito doméstico, el gobierno anticipa que este alivio fiscal podría acompañar un mayor cumplimiento de las metas de reservas exigidas por organismos internacionales. Sin embargo, el desafío será evitar un aumento en la demanda de dólares que presione el mercado paralelo y aumente la brecha cambiaria, que ya ronda el 100% respecto al oficial.
Finalmente, las modificaciones en el esquema del dólar tarjeta reconfiguran el panorama para consumidores y empresas en un contexto económico complejo. Aunque los cambios prometen cierto alivio, las decisiones sobre ahorro y gasto en moneda extranjera continuarán influenciadas por un sistema cambiario que todavía muestra múltiples capas de restricciones e impuestos.