Imagen de portada: Un gráfico que muestre la interconexión entre diversos tipos de transacciones (efectivo, banco, inmueble, auto) con flechas que representen la facilitación o flexibilización. Alternativamente, una balanza en equilibrio o una caja fuerte abierta.
La Unidad de Información Financiera (UIF) ha implementado una serie de flexibilizaciones en la normativa para la declaración de operaciones con efectivo, impactando directamente en la compraventa de inmuebles, vehículos y las transacciones bancarias. Esta medida se alinea con la estrategia del gobierno de incentivar la exteriorización de activos, buscando desburocratizar ciertos movimientos financieros y fomentar la formalización económica.
La modificación de los umbrales y requisitos de reporte de la UIF se produce en un contexto donde el gobierno busca estimular la economía a través de la movilización de capitales no declarados. La idea central es reducir las barreras para aquellos que deseen blanquear fondos, aliviando la carga de justificaciones y trámites que anteriormente podían desalentar estas operaciones.
En el ámbito de las operaciones con efectivo, la flexibilización implica una menor rigurosidad en los controles para montos que antes eran considerados de alto riesgo. Esto podría facilitar transacciones de gran envergadura que se realizan fuera del circuito bancario, aunque la UIF mantendrá su rol de monitoreo para prevenir el lavado de activos y la financiación del terrorismo.
Para el sector inmobiliario y automotor, la nueva normativa podría significar una reactivación del mercado. La posibilidad de justificar el origen de fondos de manera más ágil y con menos requerimientos burocráticos podría impulsar la compraventa de propiedades y vehículos, que a menudo se ve frenada por la informalidad de los fondos utilizados. Esto impacta directamente en las escribanías y concesionarias, que verían simplificados los procesos de validación.
En el ámbito bancario, si bien las entidades financieras continuarán siendo sujetos obligados a reportar operaciones sospechosas, la flexibilización de la UIF podría generar un aumento en los depósitos y movimientos de grandes sumas de efectivo, una vez que los fondos sean exteriorizados. Esto representa un desafío para los bancos en términos de monitoreo y cumplimiento normativo, aunque también una oportunidad para incrementar su base de clientes y transacciones.
La flexibilización de la UIF se presenta como una herramienta clave en la estrategia del gobierno para dinamizar la economía, al permitir que los «dólares del colchón» ingresen al sistema formal con menos obstáculos. El desafío reside en equilibrar la necesidad de formalizar la economía con la imperiosa tarea de prevenir el lavado de dinero y garantizar la transparencia del sistema financiero.















