La compleja saga legal entre Argentina y los fondos de inversión se recrudece. Nuevos acreedores que obtuvieron sentencias favorables contra el país en la disputa por la expropiación de YPF han solicitado formalmente a la jueza Loretta Preska la toma de posesión de las acciones de la petrolera estatal como método de cobro. Esta medida representa una escalada significativa en el litigio, poniendo en jaque uno de los activos más estratégicos de la nación.
La petición de estos fondos se suma a la ya presentada por Burford Capital, que en 2023 logró un fallo adverso por más de USD 16.000 millones. La estrategia de los demandantes apunta a ejecutar las sentencias a través de la incautación de activos argentinos en el exterior, y la participación del Estado en YPF, que asciende a un 51%, se presenta como un blanco prioritario debido a su valor y liquidez potencial. La solicitud se basa en la figura de «attachment» o «embargo», que permite a los acreedores solicitar la transferencia de bienes para satisfacer deudas judiciales.
Expertos en derecho internacional y finanzas observan con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. Según el abogado especializado en deuda soberana, Dr. Marcos Galperín, «la jueza Preska tiene la potestad de autorizar o denegar la solicitud. Si bien es un escenario complejo, no es la primera vez que se intenta una medida de este tipo contra activos argentinos. La defensa del país deberá ser contundente y demostrar que la toma de YPF tendría un impacto desproporcionado o afectaría su funcionamiento estratégico».
La situación de YPF, motor clave de la producción energética argentina y pilar de la economía, añade una capa de complejidad. Fuentes del Ministerio de Economía, aunque cautelosas, han reiterado el compromiso del gobierno en la defensa de los intereses nacionales y en la búsqueda de soluciones que eviten la afectación de activos estratégicos. La empresa, por su parte, opera bajo un esquema de sociedad anónima con participación estatal mayoritaria, lo que le confiere una particular vulnerabilidad ante este tipo de embates legales.
El valor de las acciones de YPF en el mercado internacional, que fluctúa según las proyecciones de la industria petrolera y la estabilidad macroeconómica argentina, es un factor clave en la ecuación. Los fondos demandantes buscan maximizar el recupero de sus inversiones y ven en YPF una oportunidad tangible. La decisión de la jueza Preska sentará un precedente importante para futuras disputas con la deuda soberana y la protección de activos estratégicos en litigios internacionales.
El desenlace de este nuevo capítulo judicial tendrá repercusiones no solo económicas, sino también políticas y sociales. La defensa de YPF se convierte en una prioridad para el gobierno, que deberá desplegar todas sus herramientas legales y diplomáticas para salvaguardar la empresa y evitar un impacto negativo en la ya frágil economía argentina. El mercado seguirá de cerca cada movimiento en este intrincado tablero judicial.