Un nuevo y brutal ataque motivado por el odio a la orientación sexual sacude a la opinión pública en la Ciudad de Buenos Aires, luego de que un joven de 24 años sufriera una fractura de mandíbula tras ser golpeado a la salida de un local bailable en Palermo. El hecho, que ocurrió en la madrugada del 16 de agosto pasado, se conoció en detalle tras la denuncia y dejó en evidencia la violencia sistemática que aún enfrenta la comunidad LGTBIQ+ en espacios públicos, pese a los avances legislativos en materia de derechos.
Según el relato de la víctima, la agresión se desencadenó cuando él intentó defender a su amigo, quien lloraba en la vía pública tras recibir una mala noticia familiar. Dos agresores se burlaron del llanto, y al ser increpados, se abalanzaron sobre la víctima con claras referencias a su orientación sexual. La frase «Déjamelo a mí que yo siempre quise pegarle a uno de estos», atribuida a uno de los atacantes, según consta en la declaración judicial, es el elemento central de la imputación por lesiones graves calificadas por haberse cometido por odio a la orientación sexual.
La víctima, identificada como vecino de Grand Bourg, fue pateada en la pierna y luego golpeada con violencia en la mandíbula mientras estaba en el piso, lo que le provocó una doble fractura y la necesidad de una cirugía maxilofacial, como detalla su historia clínica del Hospital de Trauma. Este nivel de saña en la agresión ha llevado a organizaciones de derechos humanos y colectivos LGTBIQ+ a encender una nueva alarma sobre el aumento preocupante de los crímenes de odio en la capital, una tendencia que, según activistas, se produce con mayor frecuencia en zonas de alta concurrencia y vigilancia.
La Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°13 Especializada en Discriminación tomó intervención en el caso. Rápidamente, la Unidad de Investigaciones Complejas del Ministerio Público Fiscal porteño logró identificar y ubicar a los dos sospechosos, F.R. (21) y O.R.B. (18), a través del relevamiento de redes sociales y bases de datos. Los acusados, ambos vecinos de la zona, están ahora imputados y enfrentan cargos severos que buscan aplicar el agravante de la Ley Antidiscriminatoria.
La trascendencia de este caso pone nuevamente bajo la lupa la necesidad de una respuesta institucional más efectiva y la urgencia de protocolos que garanticen la seguridad de las personas diversas en el espacio público. Mientras que en casos anteriores las causas terminaron archivadas o con dificultades de identificación de los responsables, la rápida acción fiscal en esta ocasión podría marcar un precedente para combatir la impunidad de los agresores por homofobia, un flagelo que, como señalan las organizaciones, a menudo queda invisibilizado.
La comunidad LGTBIQ+ exige no solo la condena ejemplar de los imputados, sino también un debate profundo sobre la persistencia del discurso de odio en la sociedad, que se traduce en violencia física y pone en riesgo la vida de las personas. Este ataque es un doloroso recordatorio de que los derechos adquiridos, como el Matrimonio Igualitario, deben ser protegidos por una cultura de respeto que la justicia tiene la responsabilidad de hacer cumplir, asegurando que la calle no sea un lugar de peligro por la sola condición de la orientación sexual.