A pesar de que los precios de los alimentos continúan en alza, las proyecciones de consultoras privadas sugieren que la inflación de enero de 2025 se ubicará por encima del 2%, pero por debajo del 2,7% registrado en diciembre de 2024. Este descenso, aunque moderado, indica una tendencia hacia la estabilización de los precios en el inicio del año.
Según un informe de la consultora Labour, Capital & Growth (LCG), en las primeras dos semanas de enero, los precios de alimentos y bebidas experimentaron un incremento del 1,7%. Los lácteos y huevos lideraron las subas con un 4,7%, seguidos por productos de panificación, cereales y pastas, que aumentaron un 2,1%. En contraste, se registraron disminuciones en carnes (-1,2%), aceites (-2,1%) y condimentos (-3,2%).
Esta dinámica en los precios de los alimentos ha generado cambios en los hábitos de consumo de los argentinos. Por primera vez, el consumo de pollo superó al de carne vacuna, alcanzando 49,3 kg per cápita en 2024, frente a los 48,5 kg de carne bovina. La preferencia por el pollo se debe principalmente a su menor costo en comparación con la carne vacuna, en un contexto de inflación persistente y pérdida del poder adquisitivo.
A nivel macroeconómico, Argentina cerró 2024 con una inflación anual del 118%, una reducción significativa respecto al 211,4% del año anterior. Este descenso se atribuye a las políticas de ajuste fiscal y monetario implementadas por el gobierno del presidente Javier Milei, quien asumió en diciembre de 2023. Las proyecciones oficiales para 2025 estiman una inflación del 25%, el valor más bajo en ocho años.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene una perspectiva más conservadora, proyectando una inflación del 45% para Argentina en 2025, por encima de las estimaciones del gobierno. Esta diferencia refleja la cautela del organismo internacional ante los desafíos económicos que aún enfrenta el país.
En resumen, aunque la inflación muestra signos de desaceleración y las proyecciones para 2025 son optimistas, persisten desafíos significativos. La evolución de los precios de los alimentos y la efectividad de las políticas económicas serán determinantes para consolidar una tendencia de estabilidad y recuperación económica en Argentina.