La inflación en el Gran Resistencia mostró una desaceleración significativa durante el último mes, registrando un aumento por debajo de las cifras proyectadas a nivel regional y nacional. Este dato contrasta con el escenario macroeconómico de Argentina, donde la persistencia de los precios altos sigue siendo una preocupación central para el Gobierno y las familias. La leve moderación en la capital chaqueña podría interpretarse como un indicador de tendencias localizadas o la efectividad de políticas específicas, aunque los analistas advierten que es prematuro hablar de un cambio de tendencia sostenido.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y otros organismos provinciales, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en esta zona metropolitana fue notablemente inferior al promedio del Nordeste (NEA) y a la media nacional. Los rubros que más contribuyeron a esta desaceleración fueron, principalmente, alimentos y bebidas no alcohólicas, así como algunos servicios básicos. Si bien el alza sigue siendo un problema, la menor velocidad del incremento ofrece un respiro para los hogares de menores ingresos.
Expertos locales señalan que esta diferencia podría deberse a una combinación de factores, como una menor presión sobre los precios de productos de primera necesidad debido a cadenas de distribución más cortas, o incluso a una demanda menos elástica en comparación con los grandes centros urbanos del país. En el ámbito de los combustibles y el transporte, la estabilidad de los precios también ha jugado un papel crucial, atenuando el impacto de los ajustes en otras áreas.
No obstante, la coyuntura económica general sigue siendo compleja. La inercia inflacionaria a nivel nacional, impulsada por las variaciones del tipo de cambio y las expectativas del mercado, aún representa un desafío. A pesar de los esfuerzos del gobierno central por controlar la emisión monetaria y el gasto público, el traslado a precios de los ajustes tarifarios y la especulación siguen siendo factores determinantes en la espiral de aumentos.
El ministro de Economía de la provincia del Chaco, en declaraciones a un medio local, afirmó que «estos datos son alentadores, pero no nos dormimos en los laureles. Es fundamental seguir trabajando en políticas que fortalezcan el poder de compra de los salarios y protejan a los sectores más vulnerables de la sociedad». La provincia busca reforzar los controles de precios en mercados mayoristas y minoristas para consolidar esta tendencia.
Mirando hacia el futuro, el desafío será mantener esta desaceleración en el Gran Resistencia y replicarla en otras zonas, en un contexto de incertidumbre. La sostenibilidad de esta tendencia dependerá de las políticas macroeconómicas a nivel nacional y de cómo se adapten las economías regionales a los vaivenes del mercado. La capacidad de los gobiernos locales para intervenir y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos será clave para afrontar los próximos meses.