El presidente Javier Milei convocó a una reunión de gabinete de urgencia este lunes por la mañana en la Casa Rosada, apenas horas después de que su frente, La Libertad Avanza (LLA), sufriera un duro traspié en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires. La derrota electoral, que consolidó la victoria del peronismo y el gobernador Axel Kicillof, ha desatado una ola de análisis sobre las implicancias de este resultado para el futuro del Gobierno nacional y su estrategia política en un distrito clave. La convocatoria presidencial busca evaluar las consecuencias de la jornada y redefinir el rumbo ante un escenario político complejo.
El resultado bonaerense representa un golpe significativo para la administración de LLA, que había apostado por un crecimiento sostenido en uno de los territorios más poblados y económicamente estratégicos del país. La figura del gobernador Kicillof emergió fortalecida, capitalizando tanto la movilización de su base como el descontento de sectores que no se sintieron representados por la propuesta libertaria. En este contexto, el fracaso del armado territorial de LLA, liderado por los hermanos Leli y Federico Menem y el ministro del Interior, Guillermo Pareja, se ha señalado como una de las principales debilidades. La falta de estructuras consolidadas y la dependencia excesiva de la figura del presidente no fueron suficientes para contrarrestar la maquinaria peronista.
El desplome de la lista libertaria en la provincia de Buenos Aires tiene varias lecturas. Por un lado, se evidencia una fuerte resistencia al plan de ajuste fiscal y a las reformas propuestas por el gobierno de Milei en un distrito con una alta dependencia del empleo público y del sector social. El peronismo, a través de sus intendentes, logró reactivar su red de contención social y política, que se demostró más eficaz que la estrategia de LLA basada en el marketing político. La pérdida de votos en zonas del conurbano, históricamente peronistas pero donde LLA había logrado incursiones en comicios anteriores, es un indicativo del retroceso.
Expertos en análisis electoral coinciden en que la derrota no es solo numérica, sino que también revela una debilidad en la construcción de poder a largo plazo. Según fuentes cercanas al oficialismo, la reunión de gabinete abordará la urgencia de fortalecer los lazos con los intendentes de Juntos por el Cambio que se despegaron de la estrategia del PRO para apoyar a los candidatos de LLA, quienes tampoco lograron los resultados esperados. La falta de un liderazgo político provincial claro, sumada a la mala performance de los candidatos del PRO que buscaban un acercamiento, contribuyó al resultado.
La victoria de Kicillof consolida a los intendentes peronistas y a la propia figura del gobernador como principales ganadores de la jornada. Kicillof, que había enfrentado internas con otros sectores del peronismo, ahora se erige como una figura central de la oposición a nivel nacional, con un poder de negociación y un liderazgo legitimado por las urnas. Este fortalecimiento peronista no solo afecta la gobernabilidad de LLA, sino que también reconfigura el mapa político de cara a las próximas elecciones legislativas.
El revés electoral en Buenos Aires plantea un desafío monumental para el gobierno de Javier Milei. La incapacidad de LLA para penetrar de manera efectiva en el principal bastión electoral del país podría obligar a una revaluación de su estrategia política y a una mayor moderación en su discurso y gestión. Si bien el gobierno mantiene una fuerte presencia a nivel nacional, la falta de una base provincial sólida complica la implementación de sus reformas a largo plazo y la posibilidad de construir mayorías legislativas que le permitan avanzar en su agenda de gobierno. La reunión de gabinete será crucial para definir si el gobierno opta por profundizar su rumbo o si, por el contrario, inicia una etapa de mayor negociación y construcción de consensos con las fuerzas de la oposición.