El riesgo país de Argentina registró una significativa caída a 800 puntos básicos, el nivel más bajo en más de cinco años. Este retroceso en el indicador que mide la percepción de riesgo de la deuda soberana argentina por parte de los inversores internacionales es un reflejo de la reciente confianza que los mercados han mostrado en los activos nacionales. La mejora en la cotización de bonos y acciones argentinas, que en algunos casos alcanzaron máximos anuales, ha sido interpretada como una señal de optimismo en un contexto de transición económica impulsado por las reformas y políticas del actual gobierno de Javier Milei.
El índice bursátil S&P Merval, uno de los principales indicadores del mercado local, subió un 1,5% en la jornada, consolidando una tendencia alcista. La apreciación del Merval ha sido impulsada por el aumento en el interés de los inversores, tanto locales como internacionales, atraídos por los rendimientos en un contexto de estabilidad política y expectativas de crecimiento. Los sectores financiero, energético y de infraestructura han sido los que más han contribuido a este avance, en una jornada marcada por el optimismo en torno a la economía argentina.
En cuanto a la intervención del Banco Central (BCRA), se destacó una compra de USD 245 millones en el mercado de divisas, elevando el total de dólares absorbidos a más de USD 20.000 millones en lo que va del mandato de Milei. Esta acumulación de reservas ha sido uno de los principales objetivos del gobierno para estabilizar la economía y mejorar la balanza de pagos, lo que a su vez ha permitido al BCRA tener mayor margen de maniobra frente a eventuales turbulencias en el mercado cambiario.
Sin embargo, en el mercado paralelo, el dólar libre subió a $1.140, lo que plantea interrogantes sobre la brecha cambiaria y las presiones inflacionarias que persisten en el país. Aunque el tipo de cambio oficial se ha mantenido estable, la escalada del dólar en el mercado informal refleja la demanda persistente de divisas por parte de ahorristas y empresas, además de las expectativas de devaluación que todavía persisten. Este incremento en el dólar paralelo resalta los desafíos que enfrenta la administración para estabilizar el tipo de cambio en todos los segmentos.
La reciente reducción en el riesgo país podría tener un impacto positivo en la capacidad del país para atraer financiamiento externo en mejores condiciones, un factor crucial para impulsar el desarrollo económico. Inversionistas y analistas del sector financiero consideran que, si esta tendencia a la baja se mantiene, Argentina podría contar con un escenario más favorable para la emisión de deuda a menor costo, lo cual apoyaría proyectos de infraestructura y otras áreas clave para el crecimiento a mediano plazo.
Mientras tanto, la combinación de factores positivos, como el aumento del Merval y la intervención del BCRA, genera un clima favorable en el corto plazo. No obstante, el mercado se mantiene atento a la implementación de las políticas de Milei y a cómo estas podrían influir en la economía real. La jornada ha dejado claro que, aunque el escenario actual parece ser alentador, la sostenibilidad de estas tendencias dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para estabilizar el dólar, reducir la inflación y mantener el equilibrio en la balanza de pagos.