El cierre de las listas de precandidatos ha revelado una consolidación del poder de Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei, en el armado electoral de La Libertad Avanza (LLA) y su compleja articulación con el PRO. Fuentes cercanas a la Casa Rosada confirman que la secretaria general de la Presidencia tuvo el control absoluto de la «lapicera», relegando en gran medida a otras facciones, incluyendo a las denominadas «Fuerzas del Cielo». Este proceso de confección de listas, marcado por intensas negociaciones y tensiones internas, ha rediseñado el mapa político de la coalición gobernante.
El desmembrado acuerdo con el PRO, gestado tras meses de acercamientos y especulaciones, se respetó en términos generales, aunque no sin fricciones internas dentro del partido amarillo. La influencia de Karina Milei fue determinante para establecer los equilibrios, priorizando a figuras de su círculo de confianza y a aquellos que se alinean directamente con la visión estratégica del presidente. Este esquema ha generado descontento en sectores del PRO que esperaban una mayor representatividad.
Uno de los puntos más salientes de esta configuración es la marginación de las «Fuerzas del Cielo», el grupo original de militantes y referentes que acompañaron a Javier Milei desde los inicios de su carrera política. Esta decisión, interpretada como una profesionalización y centralización del poder dentro del espacio, ha generado interrogantes sobre el futuro de aquellos que fueron clave en el ascenso del libertario. Analistas políticos sugieren que esta estrategia busca construir una estructura partidaria más homogénea y leal a la figura presidencial.
Según expertos en política partidaria, el control férreo de las listas por parte de Karina Milei responde a una lógica de blindaje del proyecto presidencial, evitando posibles disidencias internas y asegurando la lealtad de los futuros legisladores. Esta concentración de poder, si bien puede generar estabilidad a corto plazo, también conlleva el riesgo de un menor pluralismo interno y de posibles fugas de dirigentes que no encuentren su lugar en la nueva estructura.
Las implicancias de este armado de listas son profundas para el futuro político de Argentina. La configuración de las bancadas en el Congreso, tanto para LLA como para el PRO, estará directamente influenciada por estas decisiones. Esto determinará la capacidad del oficialismo para impulsar su agenda legislativa y la dinámica de las alianzas de cara a futuras elecciones. La centralización del poder en la figura de Karina Milei podría ser un modelo replicable en próximos comicios.
En el horizonte, esta consolidación del poder en la figura de la hermana del presidente sugiere un camino hacia una mayor personalización del liderazgo en el espacio libertario. El desafío será mantener la cohesión y la gobernabilidad con una base de apoyo legislativo que, aunque moldeada con criterios de lealtad, deberá enfrentar las complejidades de un Congreso fragmentado y una sociedad con múltiples demandas.