Buenos Aires, 25 de septiembre de 2025. El sector agropecuario argentino ha expresado su profunda decepción y preocupación tras la finalización anticipada del programa de retenciones cero a los principales granos y subproductos, una medida que, según los dirigentes del sector, ha dejado a una gran cantidad de productores sin poder beneficiarse. El cupo de 7.000 millones de dólares, establecido por el Decreto 682/2025, se agotó en un tiempo récord de 72 horas, mucho antes de la fecha original de cierre prevista para el 31 de octubre. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza en un sector clave para la economía nacional.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, ha sido uno de los voceros más críticos. En declaraciones a Radio Mitre, manifestó su sorpresa por la velocidad con la que se consumió el cupo, señalando que «en cuarenta y ocho o setenta y dos horas se cubriera el total del cupo disponible y que todo vuelva a la situación anterior». Este hecho, según Pino, es «llamativo» y exige una investigación sobre la forma en que se distribuyeron las declaraciones juradas de exportación para asegurar que el beneficio llegó efectivamente a los productores y no fue capturado por otros actores de la cadena.
La finalización de la medida ha generado un sabor amargo en un sector que había recibido la noticia con optimismo. Para Pino, el «ánimo nos duró poquito», una frase que resume el sentir de muchos agricultores que no alcanzaron a concretar sus ventas bajo las nuevas condiciones. Los productores, que habían postergado la liquidación de sus granos en espera de esta ventana de oportunidad, se encuentran ahora en una situación de incertidumbre, sin saber cuál será el valor de sus productos en el futuro inmediato, y con el temor de perder competitividad.
Datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) respaldan la insuficiencia del cupo fijado por el Gobierno. Según la entidad, hasta el 24 de septiembre se habían registrado ventas por 11,47 millones de toneladas, valuadas en 4.181 millones de dólares. Sin embargo, el volumen de mercadería que restaba vender para la campaña agrícola ascendía a 9.770 millones de dólares, una cifra que superaba en casi 2.000 millones el tope establecido. Este análisis técnico subraya que, desde su concepción, el programa de retenciones cero no tenía la capacidad de satisfacer la demanda real del mercado.
La principal demanda del sector, articulada por Pino, es la extensión del programa hasta la fecha original de finalización, el 31 de octubre. La Sociedad Rural insiste en que una prórroga permitiría que más productores puedan beneficiarse de la medida, democratizando el acceso a las ventajas de la eliminación de los derechos de exportación. Esta petición busca no solo corregir el efecto del agotamiento prematuro del cupo, sino también enviar una señal de previsibilidad y compromiso con el sector productivo.
En el contexto económico actual, donde la liquidación de divisas es crucial para el Banco Central y la estabilidad macroeconómica, la situación de las retenciones cero plantea un dilema. Si bien la medida buscaba incentivar las exportaciones y la entrada de dólares, su ejecución generó un efecto no deseado de exclusión para muchos productores. El Gobierno enfrenta el desafío de conciliar la necesidad de recaudación con la generación de confianza en el sector agropecuario, un pilar fundamental para la reactivación económica y el crecimiento sostenible del país.