El escenario político en Corrientes experimenta una reconfiguración significativa con el inminente acuerdo electoral entre el sector de La Libertad Avanza y el gobierno provincial liderado por Gustavo Valdés. Esta alianza, que replicaría el modelo implementado en Chaco con Leandro Zdero, se gesta en un contexto de alta expectativa de cara a los comicios del 31 de agosto, prometiendo un impacto directo en la dinámica de poder local y desatando una creciente tensión en las filas del peronismo correntino.
El acuerdo cobra especial relevancia dado que Valdés, impedido constitucionalmente de buscar una nueva reelección, ha enfocado sus esfuerzos en asegurar la candidatura de su hermano, Juan Pablo Valdés. La integración de fuerzas con el espacio libertario, en ascenso a nivel nacional, busca consolidar una base electoral que trascienda los límites tradicionales de la Unión Cívica Radical (UCR), partido al que pertenece el actual gobernador. Este movimiento estratégico busca capitalizar el caudal de votos de Javier Milei, buscando para La Libertad Avanza su primera gobernación en el país.
La potencial alianza ha exacerbado las divisiones internas del peronismo correntino, que enfrenta un fuerte dilema ante el decreto emitido por Valdés que prohíbe las «listas colectoras». Para el peronismo, esta medida no solo coarta la flexibilidad electoral, sino que también es percibida como una restricción a la participación democrática y una herramienta para fragmentar a la oposición. La situación se complejiza con la postura de Ricardo Colombi, exgobernador y figura influyente, cuya relación distante con Valdés añade otra capa de incertidumbre al panorama preelectoral.
Las negociaciones entre Valdés y la Casa Rosada no han estado exentas de fricciones, con informaciones que sugieren una fuerte exigencia por parte de Karina Milei para que La Libertad Avanza postule al candidato a gobernador, cediendo la vicegobernación a la UCR. En este tablero de ajedrez político, la reaparición pública de Mauricio Macri en apoyo a Valdés ha sido interpretada como un mensaje cifrado en el marco de sus complejas relaciones con el gobierno nacional, sugiriendo un respaldo estratégico que busca contener el avance libertario en ciertos frentes, mientras se negocian alianzas en otros.
Dentro del Partido Justicialista, el conflicto interno es palpable. A pesar de los llamados a una coalición más amplia, impulsados por figuras como Marcos Bassi, el PJ de Goya, la dirigencia ha decidido registrar su alianza con el Frente Renovador de Sergio Massa y otros partidos, excluyendo explícitamente a Ricardo Colombi. Esta determinación ha generado un profundo descontento en sectores de la militancia y ha levantado interrogantes sobre la capacidad de unidad del peronismo para enfrentar una elección que se avizora reñida.
De cara al futuro, la consolidación de esta alianza entre Valdés y La Libertad Avanza no solo redefinirá el mapa electoral de Corrientes, sino que también podría sentar un precedente para futuras configuraciones políticas a nivel provincial y nacional. La polarización y la tensión interna en el peronismo sugieren un camino complejo para la oposición, mientras las encuestas, que muestran una alta aprobación de Valdés, conviven con la confianza del candidato peronista Martín «Tincho» Ascúa y la persistencia de Ricardo Colombi en la contienda, proyectando un escenario de alta incertidumbre y posibles desenlaces inesperados en las urnas.