Con los dos vetos ya comunicados a la Cámara Baja, comenzaron este jueves las conversaciones entre los armadores de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Democracia para Siempre, la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda. Definen si sesionar con ambos vetos el próximo miércoles 17 o desdoblar las convocatorias para abordar ese día el caso del Garrahan y la semana siguiente el de universidades.
En contacto con legisladores, algunos rectores pidieron retrasar el tratamiento del veto que los involucra para dar tiempo a la organización de la marcha federal que se realizará el día del debate en el Congreso y se replicará en distintos puntos del país. A la futura movilización se suma un paro nacional de 24 horas previsto para este viernes.
El veto está en la cuerda floja. El rechazo va desde el kirchnerismo y la izquierda hasta la UCR y el espacio Provincias Unidas. Las reacciones coinciden en que el gobierno de Javier Milei ignoró el mensaje que dieron las urnas el último domingo, cuando La Libertad Avanza perdió por 14 puntos a manos de Fuerza Patria en provincia de Buenos Aires.
“Parece que Milei no entendió el mensaje de millones de bonaerenses que rechazaron en las urnas este ataque despiadado al que viene sometiendo a la educación superior”, lamentó el gobernador Axel Kicillof, artífice de la derrota libertaria. “Plata hay, pero ya sabemos que se va para Karina Milei. Ni en su peor semana el gobierno de Milei atina a hacer algo distinto”, reprobó por su parte Martín Lousteau, titular del radicalismo nacional.
Mientras las voces en contra se reproducen, en Diputados arrancan los “poroteos”. En la votación original, el proyecto universitario (que busca actualizar gastos de funcionamiento y salarios) ya recibió los dos tercios que se necesitarían para voltear al veto. Hubo 158 votos afirmativos, 75 negativos, 5 abstenciones y 18 ausentes. En estos últimos dos grupos es donde se pone la lupa, porque pueden torcer la balanza para uno u otro lado.
La oposición aspira a sumar tres votos del nuevo bloque de exlibertarios llamado Coherencia, que está en modo subversivo. Su integrante más conocida, Marcela Pagano, se había ausentado, y otros dos, Carlos D’Alessandro y Gerardo González, habían votado en contra porque también integraban, todavía, La Libertad Avanza. La cuarta, la mendocina Lourdes Arrieta, ya estaba separada hace tiempo y votó a favor.
Hay diputados más zigzagueantes que estuvieron ausentes, como Oscar Zago (exjefe de la bancada oficialista, que juega como aliado ocasional) y los cuatro misioneros de Innovación Federal que siguen órdenes del mandamás de la provincia, Carlos Rovira. Al oficialismo le conviene mantenerlos afuera, porque mientras más ausentes haya, será más fácil llegar al tercio para blindar el veto.