La UTA (Unión Tranviarios Automotor) ha decidido no sumarse al paro nacional de 24 horas convocado por la CGT para este jueves 10 de abril, a pesar de que apoya la medida de fuerza impulsada por la central obrera. La razón de esta decisión radica en que el gremio se encuentra en medio de un conflicto salarial con el Gobierno, que ha dictado una conciliación obligatoria. Esta normativa impide que el sindicato tome medidas que interfieran en las negociaciones en curso, bajo pena de sanciones si no se acata.
El Gobierno, por su parte, ha presionado a la UTA, recordando que deben cumplir con la conciliación obligatoria. Sin embargo, algunos líderes sindicales argumentan que el paro general de la CGT tiene fundamentos distintos a los del conflicto salarial de los choferes, por lo que no sería aplicable la misma normativa.
Una posible alternativa que se discute es que la UTA podría adherir al paro en las provincias, ya que la conciliación obligatoria solo afecta a las actividades dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esto permitiría a los choferes de colectivos en el interior del país unirse al paro sin violar la conciliación.
La negativa de la UTA a sumarse al paro general podría debilitar significativamente la protesta convocada por la CGT, especialmente en el sector del transporte, ya que otros sindicatos como los camioneros, ferroviarios, aeronáuticos, y del transporte marítimo han confirmado su adhesión.
Mientras tanto, la CGT sigue adelante con sus preparativos para la medida de fuerza, que también incluye una movilización hacia el Congreso. Este paro será un nuevo desafío para el gobierno de Javier Milei, que ya ha enfrentado diversas protestas desde su asunción. Sin embargo, la división dentro de la central obrera es evidente, ya que algunos sectores más moderados, como Gerardo Martínez de la UOCRA, se muestran reacios a un enfrentamiento más profundo con el Gobierno.