El fallecimiento del Papa Francisco este lunes a los 88 años ha marcado un momento histórico para la Iglesia Católica. El protocolo del Vaticano y las tradiciones asociadas a la muerte de un pontífice han sido seguidas con respeto y solemnidad.
Las campanas de la Basílica de San Pedro tocaron a muerto a mediodía, en señal de duelo y respeto. Este toque es conocido como «campanadas de luto», que tradicionalmente se utiliza para anunciar la muerte del Papa y para marcar el comienzo del luto oficial. Las campanas son un medio de comunicación con los fieles, transmitiendo el dolor de la comunidad católica y los momentos trascendentales para la Iglesia. También son utilizadas para iniciar el proceso de organización de los ritos funerarios, como la misa exequial y la ceremonia de sepultura, así como la preparación para el cónclave que elegirá al nuevo Papa.
El anuncio del fallecimiento fue realizado por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano, quien también informó que Francisco había regresado «a la casa del Padre». El Papa Francisco falleció en su residencia de la Casa Santa Marta, después de enfrentar problemas respiratorios y una hospitalización de más de dos meses.
El Vaticano ha comenzado a preparar las ceremonias funerarias, que incluirán la misa exequial en la Plaza de San Pedro y la sepultura en la Basílica de Santa María la Mayor, como lo había pedido Francisco. En los días siguientes, el cónclave se convocará para elegir a su sucesor, un proceso que debe completarse en un plazo máximo de 20 días.
El toque de las campanas también fue escuchado en la Basílica de Santa María la Mayor, en la que Francisco había expresado su deseo de ser enterrado. La devoción de Francisco hacia el icono de la Virgen «Salus Populi Romani», que se venera allí, fue recordada en las campanas de esta basílica, que tocaron durante 13 minutos en honor al Papa.
Este solemne acto marca un hito en la historia del Vaticano, dando inicio al período de luto, mientras la comunidad católica se prepara para despedir a su líder y esperar la elección de un nuevo Papa.