El Campeonato Mundial de Fórmula 1 de 2025, que dará inicio el próximo 14 de marzo en el Gran Premio de Australia, no solo promete grandes duelos en la pista, sino que también deja en evidencia las notables diferencias salariales entre los pilotos. Según un informe publicado por RacingNews365, Max Verstappen y Lewis Hamilton encabezan la lista de los mejor pagados, con contratos que los posicionan muy por encima del resto de la grilla.
El neerlandés, actual tetracampeón del mundo y principal referente de Red Bull, es el piloto con el salario base más alto de la categoría, embolsando 65 millones de dólares anuales. Esta cifra no contempla las bonificaciones por rendimiento ni los ingresos adicionales que percibe por patrocinadores personales. Lo sigue de cerca Lewis Hamilton, quien tras su sorpresiva salida de Mercedes para fichar por Ferrari, cobrará 60 millones de dólares en su primera temporada con la escudería italiana.
Entre ambos pilotos, sus salarios representan el 45% del total distribuido en la parrilla, con un acumulado de 125 millones de dólares sobre los 273,5 millones estimados que se reparten entre los 20 competidores. Esta brecha económica también refleja el dominio que ambos han ejercido en la Fórmula 1 en la última década, donde se han repartido múltiples campeonatos y han protagonizado intensas rivalidades tanto dentro como fuera del circuito.
A pesar de que los números publicados no son oficiales, RacingNews365 aseguró haber consultado fuentes dentro del paddock para elaborar una estimación confiable de los sueldos base de cada piloto. La lista no contempla premios por victorias, podios u otros incentivos de los equipos, ni tampoco los acuerdos personales con patrocinadores, los cuales pueden aumentar significativamente las ganancias de los corredores más cotizados.
En el resto de la grilla, los sueldos presentan una amplia disparidad. Mientras que pilotos como Charles Leclerc (Ferrari) y Lando Norris (McLaren) se mantienen en el rango de los 25-30 millones de dólares, otros competidores jóvenes y menos experimentados, como Logan Sargeant (Williams) o Zhou Guanyu (Sauber), perciben menos de 2 millones por temporada. Este contraste refleja la jerarquía dentro de la Fórmula 1, donde la experiencia y los títulos juegan un papel determinante en la remuneración.
Con la temporada 2025 a punto de comenzar, la lucha por el campeonato no solo se dará en la pista, sino también en los despachos, donde los equipos buscan asegurar a los mejores pilotos con contratos multimillonarios. Mientras Verstappen y Hamilton continúan dominando en términos económicos, la gran incógnita será si esta superioridad financiera se traducirá también en resultados, en una de las campañas más esperadas de los últimos años.















