Nahuel Agustín Gallo, un cabo primero de la Gendarmería Nacional Argentina, continúa secuestrado en Venezuela desde el 8 de diciembre de 2024. El gobierno argentino lo considera víctima de una «desaparición forzada» y está trabajando en un informe para denunciar violaciones a los derechos humanos ante organismos internacionales. Las autoridades venezolanas, lideradas por Nicolás Maduro, se niegan a proporcionar información sobre su paradero, salud o situación procesal, y bloquean cualquier tipo de contacto entre Gallo y su familia. A pesar de las gestiones diplomáticas, especialmente con Brasil, la situación sigue sin resolverse. Además, el régimen venezolano está utilizando la detención de Gallo como una herramienta de presión política. Argentina continúa sus esfuerzos para lograr su liberación y denunciar las condiciones inhumanas en las que se encuentra, en el contexto de un sistema que retiene a numerosos ciudadanos internacionales sin saber su paradero.