El presidente argentino, Javier Milei, se encuentra en el centro de una tormenta política tras la promoción de la criptomoneda $LIBRA, que resultó ser un fraude y dejó a más de 40,000 inversores con pérdidas significativas. En una entrevista reciente, Milei reconoció por primera vez la fragilidad en su sistema de toma de decisiones, admitiendo que su accesibilidad pudo haber facilitado el acceso de personas con intenciones cuestionables.
El escándalo, conocido como «criptogate», estalló cuando Milei promocionó $LIBRA en sus redes sociales, lo que llevó a una avalancha de inversiones. Poco después, la criptomoneda se desplomó, generando pérdidas millonarias. La oposición no tardó en reaccionar, presentando más de cien denuncias penales y solicitando un juicio político contra el presidente.
En su defensa, Milei afirmó haber actuado de buena fe y comparó la situación con «alguien que va, juega a la ruleta rusa y le tocó la bala». Sin embargo, reconoció la necesidad de implementar filtros más estrictos en su entorno para evitar futuros incidentes similares. «Tendré que levantar murallas y que sea más difícil acceder a mí», declaró.
El impacto del escándalo trascendió lo político, afectando también la economía nacional. El índice de la Bolsa de Buenos Aires cayó un 5.6%, reflejando la desconfianza del mercado ante la situación. Además, la imagen internacional de Argentina se vio comprometida, con medios extranjeros destacando el incidente y cuestionando la credibilidad del gobierno.
A pesar de las críticas, desde el oficialismo han cerrado filas en torno al presidente. El PRO ratificó su respaldo, argumentando que tanto Milei como los inversores fueron víctimas de una «cama» y rechazando los pedidos de juicio político impulsados por la oposición.
Este episodio pone de manifiesto las vulnerabilidades en la gestión presidencial y plantea interrogantes sobre la influencia de asesores externos en decisiones de alto impacto. Mientras tanto, la sociedad argentina observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, consciente de las implicaciones políticas y económicas que este escándalo podría acarrear en el futuro cercano.