El proyecto de ley que establece un nuevo régimen simplificado en Argentina introduce cambios significativos en la capacidad de la Administración Federal de Ingresos Públicos (ARCA) para fiscalizar las declaraciones juradas de los contribuyentes. La principal novedad radica en que el organismo solo podrá auditar la última declaración jurada presentada por cada persona, un ajuste que promete redefinir la relación entre el ente recaudador y los contribuyentes. Esta medida, impulsada por el Gobierno, busca modernizar y agilizar los procesos, centrándose en la transparencia y la eficiencia en la gestión fiscal.
La iniciativa forma parte de un paquete de reformas que ha sido elevado al Congreso, con la intención de reducir la retroactividad en las revisiones fiscales. Según la propuesta, el plazo de prescripción para la evasión fiscal se establecerá en tres años, lo que representa un marco temporal más acotado para las acciones de ARCA. Este régimen simplificado está diseñado para personas físicas y sucesiones indivisas, con umbrales de ingresos de hasta 1.000 millones de pesos y activos que no superen los 10.000 millones de pesos, buscando así aliviar la carga burocrática sobre un segmento específico de contribuyentes.
Uno de los puntos clave del proyecto es la definición de «discrepancia significativa» entre la información declarada por el contribuyente y los datos en poder de ARCA, fijándola en un 15%. Este porcentaje se convierte en un parámetro crucial para determinar posibles irregularidades, aportando mayor claridad y previsibilidad al sistema. La medida apunta a reducir la subjetividad en las evaluaciones y establecer criterios objetivos para las investigaciones.
Además, la propuesta legislativa amplía las posibilidades para que los contribuyentes eviten cargos penales por deudas tributarias. Incluso en escenarios de reincidencia o si ya existen denuncias penales en curso, los contribuyentes podrán saldar su deuda mediante un pago directo, incluyendo el monto total adeudado más un 50% de recargo. Esta flexibilidad busca desincentivar la judicialización de los casos y fomentar una mayor recaudación a través de vías administrativas.
Desde la perspectiva de ARCA, la implementación de este nuevo esquema implica una transformación en su enfoque operativo. La autoridad fiscal estima que los nuevos umbrales para la investigación de la evasión tributaria reducirán drásticamente la cifra actual de 6.652 denuncias penales pendientes a tan solo 198. Este cambio busca orientar el sistema fiscal de un modelo «perseguidor» a uno «recaudador», optimizando los recursos y centrándose en la recuperación de los montos adeudados de manera más eficiente.
En el futuro, se espera que estas reformas no solo simplifiquen los procesos para los contribuyentes elegibles, sino que también generen un ambiente de mayor confianza y certidumbre jurídica en el ámbito fiscal argentino. La reducción de la litigiosidad y la optimización de los procedimientos de recaudación podrían sentar las bases para un sistema tributario más ágil y adaptado a las dinámicas económicas actuales del país.