En una declaración que profundiza la tensión interna en el oficialismo, el vocero presidencial Manuel Adorni lanzó duras críticas hacia la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, señalando que “lamentablemente comparte mucho tiempo con la casta”. Estas declaraciones se suman a los cuestionamientos realizados anoche por el presidente electo, Javier Milei, durante una entrevista televisiva, en la que también manifestó su descontento con algunas posturas recientes de Villarruel.
Adorni, conocido por su estilo directo, apuntó contra lo que calificó como una «falta de coherencia» de Villarruel respecto al discurso contra la casta política que caracteriza a La Libertad Avanza. “Resulta contradictorio hablar de combatir a la casta y mantener relaciones cercanas con figuras que representan el viejo sistema. Esto genera dudas legítimas sobre sus prioridades y compromisos”, expresó.
Las diferencias entre Milei y Villarruel, aunque no inéditas, se han vuelto más visibles en las últimas semanas, generando especulaciones sobre posibles fisuras dentro de la coalición que asumirá el poder en diciembre. Fuentes cercanas al espacio político señalan que los desencuentros podrían responder a estrategias divergentes en cuanto a la implementación de las políticas prometidas en campaña.
Por su parte, Villarruel evitó responder directamente a las acusaciones, aunque su entorno aseguró que «trabaja en la construcción de consensos necesarios para llevar adelante las reformas propuestas». No obstante, analistas advierten que este tipo de roces internos podría impactar negativamente en la percepción pública del gobierno entrante, especialmente considerando la promesa de unidad y renovación que llevó a Milei al triunfo en las urnas.
El cruce de declaraciones también desató reacciones en la oposición. Desde Juntos por el Cambio, algunos dirigentes interpretaron las críticas como una muestra de las tensiones internas que podrían paralizar el futuro gobierno. Mientras tanto, el oficialismo saliente, liderado por Sergio Massa, calificó las disputas como «la evidencia de un proyecto político sin cohesión».
Con menos de un mes para la asunción del nuevo gobierno, los desafíos no solo se limitan a la implementación de su agenda económica y social, sino también a mantener una estabilidad interna que permita a Milei y Villarruel gobernar sin fisuras. La evolución de esta relación será clave para determinar la capacidad del nuevo oficialismo de cumplir con las expectativas generadas durante la campaña.