La Unión Europea ha escalado su escrutinio sobre TikTok, la popular plataforma de videos cortos propiedad de la empresa china ByteDance, abriendo una investigación formal por sospechas de que la aplicación podría estar siendo utilizada para espiar en nombre del régimen chino. Esta medida representa un paso significativo en la creciente preocupación occidental sobre la seguridad de los datos y la influencia extranjera en plataformas digitales de amplio alcance. La investigación europea se suma a las ya existentes en otras jurisdicciones y subraya el temor a posibles filtraciones de información sensible de usuarios.
La preocupación central de las autoridades europeas radica en la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017, que obliga a las organizaciones y ciudadanos chinos a «apoyar, cooperar y colaborar en el trabajo de inteligencia nacional». Esta legislación ha generado alarmas en Occidente sobre la posibilidad de que empresas chinas, incluidas aquellas con operaciones internacionales, se vean compelidas a compartir datos con Pekín, comprometiendo la privacidad y la seguridad de los usuarios globales.
La Comisión Europea ha iniciado el procedimiento formal bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA), que otorga a Bruselas amplios poderes para investigar y sancionar a las grandes plataformas digitales que operan en la Unión Europea. La investigación se centrará en si TikTok está cumpliendo con sus obligaciones de transparencia y rendición de cuentas, así como en la protección de los datos de los usuarios frente a posibles accesos no autorizados por parte de terceros o estados.
Expertos en ciberseguridad y geopolítica han señalado consistentemente los riesgos asociados a plataformas digitales controladas por estados con marcos legales que permiten la recolección de inteligencia. Argumentan que la vasta cantidad de datos de usuarios que maneja TikTok, desde patrones de navegación hasta información personal, podría ser de inmenso valor para fines de espionaje o influencia política, lo que representa una amenaza para la seguridad nacional de los países miembros de la UE.
TikTok, por su parte, ha negado reiteradamente cualquier conexión o compromiso de compartir datos de usuarios con el gobierno chino. La compañía ha implementado medidas para almacenar datos de usuarios europeos en centros de datos ubicados en Europa y ha intentado transparentar sus operaciones. Sin embargo, estas iniciativas no han sido suficientes para disipar las profundas preocupaciones de los reguladores europeos y de otros gobiernos.
El desenlace de esta investigación podría tener un impacto significativo en las operaciones de TikTok en Europa, y sentar un precedente para otras plataformas digitales globales. No se descartan posibles sanciones o restricciones, dependiendo de los hallazgos. Este episodio subraya la creciente tensión en la intersección entre la tecnología, la privacidad de los datos y la geopolítica, con las democracias occidentales buscando proteger sus sistemas de información de injerencias externas.