Una controversia de creciente magnitud sacude al Senado de la Nación tras la inexplicable desaparición de la plataforma web de dos decretos presidenciales firmados por la vicepresidenta Victoria Villarruel, que contenían recategorizaciones de personal. La situación genera interrogantes sobre la transparencia en la gestión de recursos humanos del Poder Legislativo y aviva el debate sobre el control y acceso a la información pública.
Según trascendidos periodísticos, a fines de junio de este año, se pudo acceder y descargar los decretos presidenciales 368 y 369, los cuales incluían anexos detallados con los nombres de los empleados beneficiados por estas recategorizaciones. Sin embargo, en un movimiento que ha levantado sospechas, esta documentación ya no se encuentra disponible en la página oficial del Senado, y la sección destinada a la nómina de la planta permanente, temporal y contratos de locación ha permanecido «en mantenimiento» durante varios días.
La situación se inscribe en un contexto de constantes tensiones entre la administración y los gremios que representan a los trabajadores del Congreso. Se ha señalado que, ante la dificultad de alcanzar acuerdos en las negociaciones paritarias y el descontento generalizado por los salarios, las recategorizaciones se habrían presentado como una vía para descomprimir el conflicto, aunque el número exacto de beneficiados y los criterios aplicados permanecen en la opacidad.
Expertos en gestión pública y transparencia institucional han manifestado su preocupación por esta falta de acceso a la información. Argumentan que la supresión de documentos oficiales del dominio público, sin una explicación clara, mina la confianza ciudadana y dificulta la fiscalización de los actos de gobierno. La ausencia de los anexos, en particular, impide verificar la magnitud y el alcance de las medidas adoptadas.
La vicepresidenta Villarruel, como titular del Senado, es ahora el centro de las miradas en relación con este episodio. La polémica se suma a discusiones previas sobre la gestión del personal legislativo y el uso de facultades discrecionales. Desde distintos sectores políticos se exige una pronta aclaración sobre lo sucedido y la restitución inmediata de la documentación a la plataforma oficial.
Este incidente no solo impacta en la credibilidad de la Cámara Alta, sino que también subraya la necesidad imperante de reforzar los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en todas las esferas del Estado. La opacidad en la administración de los recursos públicos, especialmente en lo que respecta a la dotación de personal, puede derivar en un mayor desgaste de la imagen institucional y en la profundización del descontento social.